España aplaza la petición del rescate pese a la presión de sus socios
De Guindos califica la solicitud de «mera formalidad» y dice que los detalles del salvavidas no estarán listos hasta final de julio
LUXEMBURGO. Actualizado: GuardarEspaña resiste la presión del Eurogrupo y avanza a su propio ritmo con el rescate bancario. Aunque el club de la moneda única esperaba que ayer se presentara la petición formal del salvavidas, el ministro de Economía mantuvo el suspense en la cumbre celebrada en Luxemburgo. Luis de Guindos insistió en que la solicitud se entregará «en los próximos días» porque se trata de un mero trámite «sin ninguna importancia en absoluto». Los socios comunitarios habían evidenciado su impaciencia a lo largo de la semana ante las dudas de los mercados. Angela Merkel apremió al Gobierno a no levantar el pie del acelerador para aportar «claridad rápidamente» y reducir la desconfianza de los inversores.
De Guindos se sacudió las prisas del Eurogrupo desde su llegada a la renovada sede de la UE en Luxemburgo. Todas las miradas estaban dirigidas a su cartera, pero el ministro no guardaba ninguna petición de rescate en su interior. Según explicó, la solicitud es simplemente una «formalidad». «Se presentará en los próximos días», añadió sin concretar ninguna fecha. Para muchos socios, sin embargo, el documento con la firma española resulta indispensable en unos momentos tan delicados. Con los mercados pendientes de cada movimiento, el club de la moneda única confiaba en que el Gobierno diera ya el paso para amortiguar las turbulencias.
El titular de Finanzas irlandés, Michael Noonan, exteriorizó la inquietud en el seno de la divisa común. «Lo que falta es que España no ha hecho ninguna solicitud. Si se hubiera presentado cuando se acordó el rescate junto con una cuantificación de las necesidades, las preocupaciones se habrían podido calmar», indicó. Los mercados también se revolvieron ante la cautela española. Tras bajar durante toda la jornada, la prima de riesgo repuntó a última hora hasta los 500 puntos.
El ministro de Economía prefirió centrar la atención en los resultados de las dos auditorías. «Los datos son extremadamente ilustrativos de la situación real del sector financiero y permitirán disipar las incertidumbres», indicó. Mientras en España se desgraban las valoraciones externas, De Guindos se ocupó de transmitir los detalles al resto de socios.
Tras escuchar las cifras de los exámenes externos, que fueron exigidos por el bloque comunitario, los socios empezaron a negociar las condiciones del rescate. El Eurogrupo estaba especialmente interesado en esta cuestión. Las conversaciones apuntan a que se apostará por una nueva reforma financiera con las entidades de menor tamaño en el punto de mira. En Bruselas, se pretende que el saneamiento del sector tenga tal profundidad y dimensión que su herencia dure «décadas».
El otro pilar de las negociaciones fue el fondo de rescate que se empleará para las recapitalizaciones. De Guindos mostró su preferencia por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede)-pendiente de que entre en vigor-. Su gran ventaja frente al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera consiste en que mantiene viva una de las aspiraciones del Gobierno. Si todos los socios se pusieran de acuerdo, el Mede podría modificarse para realizar inyecciones directas en las entidades.
Hasta ahora, el Eurogrupo ha insistido en que España debía cargar con el impacto del rescate como el resto de socios auxiliados. Ante esta situación, la deuda pública podría dispararse hasta un 90%, una circunstancia que ha influido en las dudas expresadas por los mercados.
Los plazos de los préstamos ofrecen un mayor margen para la negociación. Obviamente, cuanto el periodo sea más largo, las cuentas públicas se resentirán menos. De Guindos no se refirió a estas conversaciones, pero anticipó que la «hoja de ruta» del rescate estará lista para finales de julio.