Economia

El peligroso vínculo entre deuda y banca

La razón del castigo de los mercados radica en que es el Estado el que recibe el crédito y asume toda la responsabilidad sobre él

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El rescate a la banca española de 100.000 millones de euros no ha supuesto ningún bálsamo. Al contrario, desde su anuncio ha aumentado la presión sobre la deuda nacional hasta alcanzar niveles insoportables. La razón de este castigo radica en que es el Estado el que recibe el crédito y, por tanto, asume toda la responsabilidad sobre el mismo. Se refuerza, por tanto, ese peligroso vínculo entre riesgo bancario y soberano, que está en la raíz justo de la actual crisis. Todo empezó cuando, tras la caída de Lehman Brothers, en septiembre de 2008, hubo que recurrir a las arcas públicas para salvar a las entidades financieras.

¿Qué impacto tiene el rescate sobre la deuda? El crédito concedido a la banca recae sobre el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (el FROB), que es un fondo nacional controlado por el Estado. En consecuencia, computa como deuda pública. España partía de una posición ventajosa en este ratio, pero la está perdiendo a una velocidad de vértigo. Al cierre del primer trimestre, el endeudamiento del conjunto de las administraciones estaba ya en 774.500 millones de euros, el 72% del Producto Interior Bruto. Si se necesitan los 100.000 millones del préstamo, podría alcanzar el 90% del PIB.

¿Por qué se especula con una intervención integral? Esta mayor carga sobre la deuda aumenta las dudas sobre la solvencia de España, lo que dificulta al Tesoro la colocación de sus bonos en el mercado. Ayer mismo tuvo que pagar más del 5% por letras a 12 y 18 meses, aunque al menos consiguió sacar adelante la subasta. Existe un miedo atroz a que ni a estos intereses tan altos compren los inversores, lo que haría necesario un rescate integral del país.

¿La solución pasa por que el fondo de rescate europeo inyecte directamente a los bancos españoles? Parece que sí. Rajoy lo intentó en su momento, pero no consiguió convencer a Alemania y a sus satélites -Austria, Finlandia y Holanda-. A pesar de ello, el presidente español presentó el rescate a la banca como una gran victoria, pero el fracaso es tan evidente que ha tenido que rectificar. Ahora, desde la cumbre del G-20, está reclamando que se revise el mecanismo de ayuda con el objeto de desvincular el riesgo soberano y el bancario. Pero un portavoz de la Comisión Europea y un alto funcionario del Eurogrupo replicaron ayer que a «corto plazo» no es posible.

¿Y por qué no se puede hacer así? El fondo de rescate europeo actualmente en vigor, el FEEF, solo contempla la posibilidad de conceder ayudas a través del Estado. Su sustituto, el Mede, no entrará en vigor hasta el 9 de julio y siempre que sea ratificado a tiempo por todos los socios. Uno de los artículos del tratado que lo rige señala que si hay acuerdo en su consejo de administración se pueden habilitar nuevos instrumentos de asistencia financiera, pero el portavoz de la Comisión Europea dudó ayer de que eso incluya la inyección directa en los bancos. O sea, que habría que cambiar un tratado que ni siquiera está aprobado por algunos Estados miembros.

¿Y qué salida queda para aliviar a España? A corto plazo, la única posibilidad de alivio viene de que se opte por conceder la ayuda a España a través del FEEF en vez de con el Mede, explica José Luis Martínez, de Citigroup. La razón es que el FEEF, aunque no permite inyectar directamente a los bancos, al menos no coloca a la Eurozona por delante de los demás acreedores privados de la deuda, y eso puede rebajar algo la actual tensión en los mercados.