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Dos semanas para salir del pozo
Con la prima de riesgo en máximos y la solvencia en mínimos, España confía en «más Europa»En el G-20 y en el Consejo Europeo de fin de mes Rajoy hará presión para que el BCE actúe de parachoques
MADRID. Actualizado: GuardarLas dos semanas que restan hasta que termine junio serán decisivas para determinar si España se pueda tomar un respiro en el asfixiante clima económico y financiero de las últimas jornadas. La quincena arranca con la prima de riesgo en niveles máximos y la calificación de solvencia en los tramos mínimos desde que existe el euro, pero una serie de acontecimientos podrían proporcionar el aliento necesario para superar las mayores dificultades, ganar credibilidad y emprender la vía de la recuperación económica. Se trata de conseguir, además, que el Banco Central Europeo vuelva a actuar mientras tanto de parachoques.
El rescate de la banca española con ayuda comunitaria no surtió el efecto deseado. El anuncio de que el Gobierno español puede solicitar de sus socios europeos hasta 100.000 millones en concepto de préstamo para recapitalizar a las entidades de crédito aumentó los recelos entre los inversores por el desconocimiento de la cifra, las condiciones y los beneficiarios.
En apenas cuatro jornadas de infarto, los inversores han llegado a exigir por las obligaciones españolas a diez años una rentabilidad del 7%, 5,5 puntos superior a la del bono alemán del mismo plazo. En una unión monetaria, esas diferencias resultan insostenibles.
La ayuda al sector bancario despertó el recelo de los inversores institucionales -fondos, gestoras, tesorerías de los países-, mientras que las agencias de calificación toman en cuenta, no las ventajas que pueda reportar la asistencia financiera, sino sus costes directos para las arcas públicas. La norteamericana Moody's colocó la nota de España a solo un escalón del bono basura, sumándose a las rebajas ya aplicadas por Fitch y Standard & Poor's.
Para Moody's la deuda de España merece la calificación Baa3, con perspectiva negativa, lo mismo que para Fitch se ha quedado en BBB y Standard & Poor's aún la mantiene en BBB+, con opción a rebaja. En teoría, España presenta hoy el mismo riego de impago que Azerbaiyán, Namibia, Croacia o Islandia. Con la prima de riesgo en máximos y la solvencia en mínimos, España confía en que de la cita del G-20 salga un contundente mensaje de apoyo a la estabilidad en la zona del euro.
La indecisión se paga cara. «Europa tiene los recursos, las instituciones, el vigor y la fuerza» para hacer frente a la crisis; sin embargo «esta voluntad no se ha transmitido de manera correcta, suficientemente clara en virtud de los problemas de gobernabilidad de las instituciones» europeas, resumió el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Angel Gurría, en la localidad mexicana de Los Cabos.
Rescate suave
En el ámbito nacional, antes del 21 de junio comunicarán las firmas evaluadoras los resultados de las necesidades de capital de la banca española. Aunque el detalle pormenorizado se dará a conocer a finales de julio, cuando concluyan sus trabajos las cuatro principales consultoras, este primer pronunciamiento debiera servir para acotar el problema. La cifra resultante -unos 70.000 millones, con importante participación de Bankia, el banco nacionalizado que tiene mayor tamaño- permitirá al Gobierno presentar la solicitud y negociar con la Unión Europea los términos de la operación de rescate. Un tema que abordarán, el día siguiente, los ministros de Economía y Finanzas de los países de la moneda única reunidos en el Eurogrupo. Allí, España hará un último intento para lograr que el rescate bancario sea más suave, y que esté encauzado directamente a las entidades que lo precisen, a lo que Alemania se opone.
El presidente del Gobierno español, que reclama con insistencia «más Europa» para superar la crisis, tiene puestas sus esperanzas en el encuentro que mantendrá en Roma, el viernes 22 de junio, con los jefes de Gobierno de Italia y Alemania, Mario Monti y Angela Merkel, y con el presidente francés, François Hollande. Los cuatro dirigentes prepararán la cumbre de finales de semestre, convocada en Bruselas para los días 28 y 29 de junio. Hollande ya ha anticipado que piensa proponer un plan de estímulo al crecimiento económico que, por importe de 120.000 millones de euros, debiera empezar a aplicarse antes de que termine el año.
El Gobierno español pugna por obtener, de estos encuentros, la confirmación de que el BCE actuará de parachoques mientras se producen los avances hacia la unión bancaria. Y, aunque no lo explicita, Mariano Rajoy también alberga relativa confianza en que -tres frente a uno- salga adelante una alianza con Monti y Hollande para que Merkel se muestre más propicia a alentar los programas de expansión frente a las políticas de ajuste.