El líder del partido izquierdista Syriza, Alexis Tsipras, durante el acto de cierre de campaña en la capital griega. :: ORESTIS PANAGIOUTOU / EFE
MUNDO

Todos contra Tsipras

El líder de Syriza modera su discurso pero el mundo anhela una victoria del conservador Samaras

ATENAS. Actualizado: Guardar
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La edición alemana del 'Financial Times' se despachó ayer con una insólita carta a los griegos, escrita además en su lengua, en la que les pedía desesperadamente que votaran mañana a Antonis Samarás, líder del partido conservador Nueva Democracia (ND), pese a sus errores del pasado. Entre ellos, por cierto, el de que este partido causara la actual crisis al falsear las cuentas en el Gobierno hasta 2009. Pero cualquier cosa menos Alexis Tsipras, candidato del partido de izquierda radical Syriza, que en los sondeos se disputa con Samarás el triunfo en unas elecciones generales de importancia histórica. Y que se antojan el momento de la verdad definitivo tras los estériles comicios de hace un mes. El título del artículo era claro: 'Resistid a los demagogos'. Con este sermón paternal desde la élite financiera y alemana ayer se armó una buena en el último día de la campaña electoral griega. Ni siquiera en ND agradecieron esta 'injerencia'.

La canciller Angela Merkel se movió con pies de plomo para precisar a través de un portavoz que no tenía «ninguna recomendación» de voto para los griegos. Sin embargo el diario no hacía más que dar voz al deseo de los líderes internacionales, que esperan una victoria de Samarás para respirar con alivio. Porque supone menos quebraderos de cabeza. En realidad los sondeos secretos más recientes que se manejan en Atenas, pues está prohibida su publicación en las dos semanas previas al voto, darían como partido más votado a ND, en algunos casos incluso con una ventaja sobre Syriza de cinco puntos. Desde luego esos sondeos circulan en la Bolsa de Atenas, y es la única razón del inexplicable subidón del jueves, un 10,12%, con carreras de los principales bancos hasta el 23,39%. Ayer siguió su ascenso con 1,85%.

La expectación mundial por lo que pasará en Grecia también ha llevado a hacer preparativos en caso de una victoria de Tsipras. Según la agencia Reuters, los bancos centrales de las principales potencias del G-20 se moverán de forma coordinada para inyectar liquidez y estabilizar los mercados si el lunes por la mañana se levantan revueltos. Esta señal también contribuyó ayer a tranquilizar a las Bolsas europeas y todas cerraron en positivo. Aunque, todo hay que decirlo, en Atenas seguía el goteo diario de datos económicos desconcertantes. Se han recaudado 666 millones de euros menos en impuestos, pero se han gastado 13,5 millones en munición para tanques 'Leopard'. De fabricación alemana.

En realidad, lo que vaya a pasar está lejos de ser negro o blanco. Si vence Samarás, deberá pactar con los socialistas del Pasok, tercera fuerza en los sondeos, y si aun así no logra la mayoría, quizá echaría mano de Izquierda Democrática. Pero son cábalas, porque lo mismo no se arregla nada y tampoco un triunfo de Syriza tiene una salida fácil. El peor escenario, y no es improbable, es un nuevo bloqueo político que perpetúe la incertidumbre y el desgobierno griego, o acabe produciendo un Ejecutivo frágil.

Renegociar acuerdos

Al menos a estas alturas parecen claras dos cosas, también ajenas a los extremos que pintan los mercados. Una es que gane quien gane, sea Samarás o Tsipras, querrá renegociar los acuerdos de austeridad firmados con UE, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI), la llamada 'troika', a cambio de ayuda económica. En ambos casos, de un proyecto de continuidad en la UE y el euro. La segunda parte es que en Bruselas ya se habría encajado la idea. Lo que está pasando hasta el domingo sería solo ruido electoral y poses. Después todos tendrán que quitarse las caretas y ponerse pragmáticos.

Tsipras ha ido moderando su discurso cañero para ampliar su base electoral, no alarmar a la UE y ahuyentar la imagen catastrofista que se le ha colgado dentro y fuera de Grecia. Precisamente en un artículo en el 'Financial Times' explicó el miércoles que su idea es «sustituir el fracasado 'Memorándum' (el paquete de medidas de austeridad pactado) con un plan nacional para la reconstrucción y el crecimiento».

Sin embargo, también en Syriza circulan los sondeos. En el mitin final en Atenas de la noche del jueves, sus dirigentes se mostraban repentinamente cautos en privado ensalzando el logro que ya supondría un segundo puesto. Cuando hace solo tres semanas Tsipras prometía arrasar. La verdad es que en la plaza de Omonia, lugar del acto y barrio degradado con la crisis, había poca gente, no era la masa que uno puede esperar del partido que va a ganar las elecciones. Además el paquetito de pipas costaba un euro. Según Syriza, eran 13.000 personas y, no obstante, los periodistas locales confirmaban que ha sido uno de sus mayores éxitos de convocatoria. «¿Si España puede ser financiada sin condiciones por qué Grecia no puede seguir en el euro sin un 'Memorándum' desastroso?», proclamó Tsipras desde el palco. «¡Merkel está asustada porque no se encontrará con gente que le diga sí a todo!».