Carlos Dívar abandona la Audiencia Provincial de Vizcaya junto a su asesor personal y jefe de seguridad, en 2010. :: BORJA AGUDO
ESPAÑA

Carlos Dívar se resiste a dimitir pese a la creciente rebelión judicial

Su futuro depende de la postura que adopten los vocales coservadores en el pleno del Consejo de hoy

MADRID. Actualizado: Guardar
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Carlos Dívar insiste en que no va a abandonar por iniciativa propia y, pese a que la rebelión judicial contra él crece, aún se resiste a dimitir. El pleno del Consejo General del Poder Judicial de hoy tiene en sus manos la suerte de su presidente y decidirá si le destituye por el escándalo de sus 32 viajes de fin de semana 'caribeña', de jueves a lunes, en buena parte a cuenta del erario público.

No va a ser, ni mucho menos, un trámite tan plácido para Dívar como la reunión del 24 de mayo, en la que los cinco vocales que reclamaron la inmediata salida del presidente se quedaron solos en su demanda y los otros 15 consejeros votaron en contra. En los últimos días, incluso entre los vocales conservadores, ha arraigado la idea de que el cese es la única solución posible a esta crisis, pero no quieren echarle, sino que abandone por su voluntad la institución. El resultado de la votación, no obstante, es una incógnita imposible de descifrar. Y más difícil aún vaticinar qué hará el presidente. Está descartado un apoyo masivo, pero si no sale adelante la 'moción de censura' quedaría en una situación de extrema debilidad en el órgano de gobierno.

Hace menos de un mes, cuando se supo de la primera tanda de viajes de Dívar a Marbella, solo cinco vocales se atrevieron a dar el paso adelante y pedir su salida. Ahora, esas voces son legión. Son la práctica totalidad de los colectivos profesionales de la magistratura y también otras voces muy cualificadas sin adscripción conocida. Los últimos en sumarse a la revuelta, y por escrito, fueron 17 jueces decanos.

Esos importantes 'barones' judiciales evitaron exigir el cese inmediato de Dívar, pero no se mordieron la lengua. En la carta colegiada que firmaron hablaron sin ambages de la «de impotencia, vergüenza y tristeza» que provoca la situación del Consejo en la carrera judicial.

También templadas, pero firmes se mostraron absolutamente todas las asociaciones de jueces, que insistieron en que verían bien la salida voluntaria del presidente, aunque tampoco quiso reclamar a cara descubierta la dimisión para evitar agravar más la crisis.

Y esa postura, la de no arrojar más leña al fuego, pero aceptar que la única solución es que Dívar acepte de motu proprio abandonar el cargo, es la mayoritaria en el Poder Judicial, también entre los nueve vocales conservadores que tienen en su mano la suerte del presidente. Entre este sector se asienta cada vez más la tesis de que apoyarle contra viento y marea frente a los que reclaman su dimisión ya no es posible, y menos después de que esta misma semana se supiera que el presidente, al margen de los traslados a la Costa del Sol, cargó a las arcas del Consejo otros 12 viajes por valor de 15.000 euros.

Varios de ellos, que votaron a favor de la continuidad, se inclinan ahora por abstenerse, lo que dejaría a Dívar en una situación muy incómoda y al borde de la dimisión. Pero al mismo tiempo parece difícil que los 'rebeldes' lleguen a reunir los votos necesarios, 12 de los 20, para «instar» a dimitir al presidente por su falta de explicaciones sobre los viajes. Dívar podría, incluso, encontrarse con que la mayoría de los miembros de su consejo, aunque no le empujen a marcharse, no vean con buenos ojos que siga al frente.

En ese escenario se abriría un abanico de posibilidades, desde que el presidente se encastille en su puesto, como dicen algunos que hará porque sigue defendiendo que no ha cometido ninguna irregularidad; que dimita en ese mismo momento o que acepte irse, pero después de la visita del Rey al Supremo para celebrar su bicentenario el lunes.

Los 'rebeldes' creen poder contar con más de una decena de votos para apoyar el texto más suave de los dos que se debatirán el sábado. Se trata de la moción presentada por Margarita Robles, Félix Azón, Inmaculada Montalbán y Carles Cruz, en la que se invita a Dívar a irse, pero en el que también tachan de «despreciable» la campaña en contra del presidente en las últimas semanas. Estos cuatro vocales, que ya cuentan con el apoyo de Margarita Uría, vocal propuesta por el PNV, quieren que Dívar se vaya, pero con una salida que no afecte a su «dignidad». Incluso han barajado la posibilidad de que Dívar se pueda despedir de manera honrosa a través de una carta, que sería respondida en términos elogiosos por sus compañeros. Según algunas fuentes, el presidente también ha rechazado esta opción.

Remoción

El otro texto, el más duro, es el presentado por Gómez Benítez y previsiblemente no será apoyado ni por los vocales críticos. Este vocal exige una «remoción» del cargo pura y dura del presidente «por incumplimiento grave de sus deberes».

Mientras, el Gobierno ve con mucha más preocupación de la que reconoce la crisis abierta en uno de los pilares del Estado. En el Ministerio de Justicia preferirían, aunque saben que es muy difícil y que esto aún perjudicaría más la imagen del Consejo, que Dívar siguiera al menos hasta septiembre, cuando el departamento que dirige Alberto Ruiz-Gallardón tiene intención de presentar la reforma de ese órgano, que prevé reducir a cinco los miembros a tiempo completo del Poder Judicial.