Razones para la desconfianza
Ni el Gobierno, ni la 'troika' han actuado con solvencia al precipitar el rescate
Actualizado: GuardarLos mercados no solo no han reducido su desconfianza hacia nuestro país sino que la han aumentado tras el gigantesco rescate concedido por el Eurogrupo al sistema financiero español. La subida de la Bolsa y la caída de la prima de riesgo en las primeras horas del lunes se desvanecieron poco después, y la situación de España sigue siendo enigmática, precaria e inestable. Pero la desconfianza no es esta vez arbitraria: no puede decirse que se haya actuado con solvencia, ni por parte del Gobierno español ni mucho menos de la 'troika' que ha tomado las grandes decisiones (Comisión, BCE, FMI). El planteamiento del ministro De Guindos y del presidente Rajoy al describir el rescate, que pareció una bendición del cielo, no ha sido adecuado. Además, Rajoy erró al afirmar que el préstamo no afectará al déficit y al asegurar que él había presionado a sus interlocutores europeos y no al contrario. Ayer, el presidente de la Comisión, Barroso, le enmendaba la plana, aunque después trataba de quitar hierro a la revelación. Pero no solo ha habido errores de estrategia o de comunicación: no es de recibo que las instituciones supranacionales decidan una operación astronómica de 100.000 millones de euros sin pormenorizar los detalles, sin entregar a la opinión pública la letra pequeña del crédito, que no es trivial sino esencial para entender el alcance de la medida y su impacto en la solvencia del Estado español. Por no saberse, no se conoce si esta cantidad será cargada al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o al nuevo y permanente Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que entrará en vigor el 1 de julio; la diferencia no es trivial porque en el segundo caso, la deuda con este Mecanismo tendría preferencia sobre cualquier otra. Además, nada se ha dicho del plazo de devolución del crédito, del tipo de interés, de las normas que habrán de guiar la reestructuración de los bancos receptores de la recapitalización, etc. En definitiva, se ha querido amarrar el saneamiento de la banca española antes de las elecciones griegas pero aún no se conoce cómo se va a prestar tal ayuda. Es lógico que los mercados mantengan su ambigüedad hasta que se les explique al detalle la operación.