Economia

Claves de un salvavidas pionero

Bruselas destaca el carácter preventivo de una ayuda sin duras contrapartidas

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La UE se adentra en un territorio completamente desconocido con su rescate de la banca española. Por primera vez, los socios han acordado un salvavidas limitado que no implica la intervención de un país. La decisión busca mantener a flote a la cuarta economía del euro, pero también revela un cambio histórico en bloque. La solidaridad ya no estará sujeta únicamente a condiciones draconianas, sino que los socios se ayudarán con una mayor flexibilidad porque están en el mismo barco. El comisario de Economía, Olli Rehn, aplaudió ayer la altura de miras del continente e incidió en que se ha enviado «una señal clara» a los mercados para que vuelvan a confiar en la moneda única.

El acuerdo para ayudar a España sin contrapartidas en el terreno de los recortes no fue fácil. Finlandia y Holanda, dos de los socios más duros del bloque, insistieron hasta el final en la necesidad de imponer más ajustes. Espoleados por un creciente euroescepticismo en sus países, ambos gobiernos querían un rescate al estilo de Grecia, Irlanda o Portugal. Como ha ocurrido a lo largo de la crisis, pretendían dejar claro que los errores se pagan con un esfuerzo y sacrificio. Alemania, sin embargo, ya había inclinado la balanza hace varios días. El principal contribuyente de los fondos de rescate aceptó estrenar los salvavidas blandos con la vista puesta en la escurridiza estabilidad de la zona euro.

El Gobierno alemán optó por una postura más flexible tras semanas de presiones. La UE necesitaba dar un salto hacia adelante para tranquilizar a los mercados, la base para encender el motor del crecimiento. La situación era todavía más crítica si se tienen en cuenta las elecciones griegas del próximo domingo. Nadie duda que una victoria de los partidarios de derogar los ajustes podría abrir la puerta a la primera amputación de la divisa común.

El comisario de Economía describió esta apuesta por tranquilizar a los inversores con una «acción preventiva» en apoyo de España. «Es una señal clara a los mercados y a los ciudadanos que demuestra que la zona euro está decidida a tomar medidas decisivas para calmar las turbulencias y contener el contagio», resaltó. Francia, que había reclamado abiertamente el rescate limitado, coincidió en la dimensión europea de una decisión impensable hace unos meses. «Se trata de un testimonio de la solidaridad reforzada entre los socios de una misma moneda», celebró el ministro de Economía, Pierre Moscovici.

El reto de sostener a España pasa ahora a una parcela más técnica. La UE tendrá que trasladar del papel a la realidad un tipo de rescate pionero que, ante todo, se diseñó con un objetivo disuasorio. El propio Rehn explicó que el requisito inicial es que el Gobierno formalice en las próximas semanas la solicitud de ayuda. A partir de ahí se determinarán las necesidades de reestructuración y guiará el proceso de saneamiento con el tope de 100.000 millones.

Tras aclarar la situación real de la banca, España rubricará con las instituciones comunitarias un memorando de entendimiento. Este documento, firmado por todos los países rescatados, incluirá el dinero que recibirá el país y las condiciones asociadas. Estas exigencias solo se aplicarán al sector, pero incluyen herramientas muy directas. Los inspectores internacionales podrán acudir a las entidades que reciban las ayudas para controlar su uso. Se ha dejado claro que no existirán contrapartidas en la lucha contra el déficit, una decisión inédita con los salvavidas, aunque el Gobierno ya está sometido a vigilancia.

En las próximas semanas, también deberá aclararse el origen del dinero. Existen dos opciones: el fondo de rescate temporal y el permanente. Cada uno tiene sus ventajas. En el caso del provisional, los socios comunitarios no pasarían a tener preferencia en el cobro de los préstamos, lo que a buen seguro gustará a los inversores privados. Finlandia ha avisado de que quiere garantías adicionales de que cobrará su parte del crédito. Con el mecanismo permanente, los países se convertirían en los primeros de la lista al recuperar su dinero.