Los dos pilares de 'La Roja' siguen firmes
Los hombres que cambiaron la historia de España, Iniesta y Casillas, uno en el Mundial y otro en la Eurocopa, demuestran que son fundamentales
Actualizado: GuardarSon los dos hombres que cambiaron la historia de 'La Roja' en el césped, con permiso de Fernando Torres con su certera diana en la final de la Eurocopa ante Alemania. Dos pilares que se mantienen firmes. Uno, en una tanda de penaltis inolvidable contra Italia, esa que hace cuatro años rompió la barrera de cemento armado y ladrillo que siempre se construía en cuartos para España. El otro, con aquel gol un 11 de julio de 2010, a cuatro minutos del final de la prórroga frente a Holanda, en el Soccer City de Johannesburgo, y que dio a los de Vicente del Bosque la Copa del Mundo. Iker Casillas y Andrés Iniesta, uno atrás y otro delante, se mostraron ayer como los dos elementos fundamentales en el juego de los campeones de Europa frente a un combinado 'azzurro' que dista mucho del típico grupo transalpino cerrado, defensivo... Vamos, que el 'catenaccio' parece haber pasado a mejor vida. Si no, que se lo pregunten al portero madrileño, que en la primera mitad se sacó cuatro manos mágicas.
Casillas volvió a ser 'San Iker' por momentos en Gdansk. Hace poco menos de cuatro años -se cumplirán el día 22-, el meta ya atormentó a los italianos con dos paradones en el tiempo reglamentario a Camoranesi y Di Natale -ante éste ayer no pudo hacer nada en la segunda mitad-, y otro par de penas máximas detenidas en la tanda de penaltis. Él mismo aceptó en la previa la trascendencia de ese duelo. «Si ese día no consigues ganar, ni España era campeona de Europa y el Mundial habría sido más complicado». Pues bien, los italianos se chocaron otra vez con el meta de Móstoles para alivio de España.
Minuto 12. Falta sacada por Pirlo, un tipo con clase, calidad, precisión y toque -como demostró en el pase a Di Natale en el gol-, bote justo delante de Casillas e impresionante reacción del portero español. Primer aviso italiano, mientras 'La Roja' buscaba entrar en calor, encontrar ese juego de toque que le ha subido a los altares y que los de Prandelli supieron neutralizar en grandes tramos del duelo. Hasta que entraba en acción Iniesta, designado por la UEFA hombre del partido.
Era tocar el balón el de Fuentealbilla, menudo, y atisbar peligro sobre la portería de Buffon. Estaba entonado, a gusto. Jugadas primorosas, pases al hueco, regates entrelíneas para destrozar la fortaleza defensiva italiana. De hecho, en el minuto 30, tras varias veces en las que el centrocampista del Barça sacó la varita, la grada reconoció su rendimiento. «¡Iniesta, Iniesta!».
Todo tipo de triquiñuelas
Poco después, cuando la mayoritaria grada de aficionados españoles aún coreaba al albaceteño, esos gritos casi se cortan de raíz. Primero Cassano y luego Marchisio probaron a Casillas. De nuevo, el madridista mostró sus reflejos. Igual que a dos minutos del final con un potente cabezazo de Motta que sacó con una mano providencial el portero. Cuatro tiros a puerta italianos, otras tantas exhibiciones del pupilo de un Mourinho que siguió el duelo 'in situ'. Poco antes, el que casi anota es Iniesta, con un disparo desde la frontal, a la primera, sin pensar, que se le marchó alto.
Tras el descanso, de sus botas se inició la jugada del empate español. Iniesta se la cede a Silva, que se la da con un toque mágico a Cesc, que igualó la contienda inaugural del Grupo C. Y eso que el albaceteño tuvo que aguantar los 'gorrazos', las 'tarascadas' y demás triquiñuelas ilegales -algunas permitidas por el colegiado- con el que trataron de frenarle Chiellini, Maggio y compañía. Siguió intentándolo Iniesta. Pero no. Aunque quedaba la última de Casillas, con un disparo de Marchisio. La salvó el madridista, ese profesional que, como el barcelonista, es un pilar de 'La Roja'.