La segunda muerte de Publio Cordón

Han transcurrido 17 años desde su desaparición hasta que se ha solicitado declarar a Publio Cordón oficialmente muerto. El empresario zaragozano fue secuestrado por miembros del Grapo el 27 de junio de 1995. Desde ese día, no se ha vuelto a saber nada de él. Los únicos datos sobre la suerte que pudo correr se refieren a las confusas declaraciones realizadas desde la cárcel y en los juzgados por los activistas de la extinta organización terrorista.

Ayer la mujer de Cordón, Pilar Muro, anunció que ha solicitado ante el juez el certificado de defunción de su marido. Pero, pese a los años de infructuosa búsqueda del empresario, su esposa asegura que nunca ha perdido la esperanza de conocer lo ocurrido. El paso dado por la familia se trata de «una cuestión legal que no tiene nada que ver ni con la búsqueda ni con el propio secuestro», explicó Muro.

El reconocimiento de su fallecimiento permitirá a sus herederos «poner las cosas en su sitio», en referencia a su legado y el patrimonio del empresario, al que no pueden acceder hasta que se expida el acta de defunción. Muro apuntó también que desconoce el estado actual de la investigación o si existen nuevos datos sobre su desaparición.

Cordón fue capturado por integrantes del Grapo en las inmediaciones de su domicilio mientras hacía ejercicio. En su vida profesional había alcanzado el éxito. En ese momento dirigía la aseguradora Previasa y el Grupo Hospitalario Quirón, y eso lo convirtió en un objetivo. Los dos meses posteriores a su secuestro transcurrieron en medio de un toma y daca entre la banda y los negociadores. Al final, la familia accedió a entregar 400 millones de las antiguas pesetas al Grapo, que garantizó la libertad del empresario al día siguiente de recibir la cantidad pactada. Durante años los terroristas mantuvieron que así sucedió, pero la realidad es que Cordón jamás apareció.

La declaración de un histórico exdirigente de la organización arrojó algo de luz. Fernando Silva Sande, que cumple más de 150 años de condena, aseguró en 2008 ante la Guardia Civil que Cordón falleció durante el secuestro. El empresario se precipitó desde el tejado de la casa de la Provenza francesa donde se encontraba retenido en un intento de escapar del cautiverio. Los terroristas enterraron su cadáver en el Mont Ventoux siguiendo las órdenes del líder de la organización, Manuel Pérez Martínez, alias el 'Camarada Arenas'. Según Silva, a pesar de la muerte de Cordón, el 'Camarada Arenas' mantuvo las negociaciones para cobrar el rescate. A raíz de esta confesión el juez Fernando Grande-Marlaska ordenó la búsqueda del cadáver en el punto señalado por Silva, pero el cuerpo nunca fue hallado.