PUTIN HACE LA CAMA A SU ALIADO
Actualizado: GuardarLo que menos interesa es lo que suceda en Siria. Ni siquiera las muertes que puedan producirse a partir de ahora. Tampoco el nombramiento de Riad Hijab, antes titular de Agricultura, como nuevo primer ministro. Puro tacticismo, tratándose de un político leal a El-Asad y miembro clave del partido Baaz en el poder. Recibido según la BBC con bronca por la oposición, que esperaba a alguien de fuera del partido que diera credibilidad a las reformas. Importa lo que ocurre en la trastienda del zoco, donde se manifiesta la política del trueque. La amistad del Kremlin con El-Asad ha dejado de ser un elemento inabordable y se intenta pactar una transición que aporte mayor estabilidad a Oriente Próximo y salvaguarde los intereses de todos. Incluido el miedo a un régimen islámico menos amistoso con Occidente.
Dos puntos de inflexión sobre los que se abre paso el nuevo tiempo: la retirada de embajadores de la UE y la presión de los principales países europeos sobre Rusia. Sumado el temor razonable de Putin a quedar aislado en vísperas de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 y de un Mundial de fútbol, el de 2018, en suelo ruso. La reunión de los primeros ministros ruso y chino puede significar la exigencia de una respuesta común a la demanda de la comunidad internacional. A Rusia le quedan resabios de cabreo por el desalojo de Gadafi en Libia, leído como un 'malpago' a su abstención en el Consejo de Seguridad que autorizaba la acción militar para proteger a civiles. Putin condenó la intervención, dijo que equivalía a una «cruzada» y acusó a Occidente de ir más allá del mandato de la ONU.
Y si es cierto que no le falta razón al afirmar que nuestras intervenciones conducen a la catástrofe social, eso es solo parte de la verdad. El Kremlin oculta los verdaderos nexos que le unen a su último aliado en la región, además de anfitrión de su única base naval en el Mediterráneo y principal comprador de armas. Obviar a Rusia en la solución sería olvidar que cerca de 100.000 ciudadanos rusos viven en Siria como asesores técnicos e industriales y 30.000 mujeres están casadas con sirios (The Times y The Guardian).
Rusia insinúa, por primera vez, que estaría dispuesta a cambiar de pareja y maquilla el argumento. Antepone a la 'solución El-Asad' el derecho de los sirios a determinar su futuro. Para que Putin no se sienta contrariado en su política 'nacionalpopulista', se admitiría que un aliado, cercano al dictador, facilitase la transición, como puerta de salida a la barbarie y ante el peligro de una guerra civil. Los expertos ven antecedentes próximos en Yemen, con el abandono 'voluntario' del poder del nepótico Saleh. Naciones Unidas trabaja sobre un plan de repuesto al imposible alto el fuego de Annan, destrozado por la matanza de Hula. Hace caso a Lord Asdown, ex alto representante en Bosnia, y en él estarán todos: la Liga Árabe y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad integrarán el 'grupo de contacto' sirio. Decía La Fontaine: «Que me convierta en impotente, lisiado, gotoso o manco con tal de que, en definitiva, viva; esto me basta y estoy más que contento».