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Alemania plantea el rescate de la banca española sin intervenir el país
Berlín abre el fondo de emergencia a las recapitalizaciones a cambio de una supervisión europea limitada a las entidades
BRUSELAS. Actualizado: GuardarLa solución para la banca española empieza a tomar cuerpo en los pasillos de Bruselas. Alemania, en estrecha colaboración con la UE, apuesta por un rescate blando de las entidades en dificultades sin que implique una intervención en toda regla de España. El plan permitiría convencer al Gobierno para que recurra a las ayudas de emergencia, una opción a la que se ha negado hasta ahora porque estigmatizaría al país frente a los inversores. El ministro de Economía, Luis de Guindos, rechazó ayer que se estén llevado a cabo preparativos de ningún tipo y pospuso la decisión sobre un posible salvavidas a la finalización de las auditorías independientes sobre el estado del sector.
La prensa internacional evoca desde hace varios días un pulso entre España y sus socios por el acceso al fondo de rescate para recapitalizar la banca. Apoyándose en distintas fuentes europeas, se asegura que el Gobierno de Mariano Rajoy no tendrá más remedio que solicitar ayuda a Europa ante su incapacidad para apuntalar las entidades con dinero propio. El gran problema es que el Ejecutivo no quiere asumir las condiciones asociadas a la petición de un salvavidas. Hasta ahora, los tres países rescatados -Grecia, Irlanda y Portugal- han tenido que aceptar una intromisión directa en sus políticas económicas y la visita trimestral de una troika internacional que evalúa con lupa los avances.
En el otro lado de la mesa negociadora, Alemania insiste en que la concesión de cualquier ayuda a un país tiene que controlarse desde el exterior. Aunque Bruselas ha apostado esta semana por permitir inyecciones directas a la banca a través del fondo de rescate, el partido de Angela Merkel, la conservadora CDU, ha advertido de que se opondrá a una flexibilización de estas características. Ayer, el líder parlamentario de la formación, el influyente Volker Kauder, no dudó en recomendar al Gobierno de Rajoy que pida auxilio cuanto antes. «España debería colocarse bajo el paraguas del rescate no por la situación de sus cuentas, sino por su banca», remarcó en el primer gesto de presión alemán.
La UE y Alemania, sin embargo, creen haber encontrado un punto intermedio para vencer las diferencias con España. Según recogían ayer el diario 'Süddeutsche Zeitung' y la agencia Reuters, la solución pasaría por un rescate blando sin una intervención completa que recuerde a lo sucedido en Grecia. El periódico explicaba que el dinero europeo se inyectaría en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), la herramienta financiera creada por el Gobierno para sanear el sector. De esta manera, no se transferiría ninguna cantidad directamente a las cuentas públicas, lo que podría diluir la sensación de rescate, pero tampoco se entregaría a las entidades como exige Berlín.
El desembolso de las ayudas, además, iría acompañado de un régimen de supervisión muy diferente al de los tres países rescatados. La UE solo intervendría de forma directa en la reestructuración del sector bancario, mientras que el Gobierno seguiría al timón del resto de la política económica. Con esta delimitación, se intentaría reforzar la idea de que España ha recibido una ayuda puntual y no sigue los derroteros de Atenas. En Bruselas, ya se trabaja con este escenario, aunque tiene que garantizarse su encaje legal. Para ello, se mira la letra pequeña del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, el mecanismo temporal dotado con 250.000 millones.
Auditorías externas
En los últimos días, se había especulado más con la posibilidad de utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad, el fondo de rescate permanente que entrará en vigor en julio. La decisión de optar por el EFSF respondería a su carácter más versátil -cuenta con una línea de crédito específica para recapitalizar la banca- y al hecho de que se encuentra plenamente operativo para inyectar el dinero sin demoras. Luis de Guindos aseguró que el Gobierno no tomará una decisión sobre las ayudas hasta final de mes, momento en el que recibirá los resultados de las auditorías externas del sector.
El ministro de Economía eludió anticipar si España tendrá que recurrir a un rescate, pero reconoció que «se tomarán las decisiones que se tengan que tomar». En cualquier caso, defendió que las dificultades del sector financiero han sido identificadas con nitidez. «El problema de la banca está circunscrito a determinadas entidades que ya han sido tratadas y encapsuladas», enfatizó.
El plan para salvar a la banca española se destapó en una jornada marcada por la ansiedad en Bruselas. Las palabras del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, admitiendo las dificultades de España para financiarse en los mercados hicieron saltar todas las alarmas en varias capitales del continente. La Comisión llamó a la calma y aseguró que la solvencia del Gobierno está garantizada.