Silva conduce un balón en el último amistoso contra China. :: REUTERS
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El último pase de David Silva

Tímido y callado, el centrocampista encuentra la madurez deportiva en el City y se erige como líder del campeón inglés El canario se ha reivindicado en los últimos amistosos junto a Iniesta

GDANSK. Actualizado: Guardar
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Cuando, en pleno Mundial de Sudáfrica se hizo oficial el traspaso de David Silva del Valencia al Manchester City por 33 millones, los periódicos, radios y televisiones de Inglaterra no sólo se hicieron eco de su calidad y de sus dotes únicas para moverse entre líneas, su lugar preferido en el campo, sino que destacaron unas imágenes suyas que dieron la vuelta al mundo en 2005, cuando estaba cedido en el Eibar, en Segunda. Jugándose el ascenso, el internacional español (Arguineguín, Las Palmas, 8 de enero de 1986) tiró un balón fuera cuando, con empate a uno, encaraba ya al portero del Lleida al comprobar que Bruno, su marcador, estaba tumbado sobre el césped. «El público entenderá que jamás puedo buscar el gol estando el rival en el suelo», declararía después con un fresco aire de inocencia.

Aquella oda al 'fair play' -«se merece un monumento», llegó a asegurar José Luis Mendilibar- fue y es muy valorada en la Premier, uno de los escasos reductos del planeta fútbol en los que aún resulta casi imposible ganar un partido con engaños porque las propias aficiones los detestan. Calidad y deportividad a partes iguales completaban una tarjeta de presentación inmejorable para un profesional que había disfrutado, y también sufrido, en la capital levantina y que necesitaba buscar nuevos aires que le devolvieran la ilusión por competir a nivel de clubes. «Ir al City es un reto que me motiva», afirmó al conocerse su fichaje este tímido y siempre discreto campeón de Europa y del mundo que ha convertido las inmediaciones del área en su hábitat natural.

A diferencia de otras entidades deportivas que han empleado el dinero de los petrodólares en contratar a futbolistas a diestro y siniestro, el vecino azulado del Manchester United ha intentado ser selectivo amparándose en un sofisticado sistema de análisis de datos y estadísticas heredado de la pionera Liga de béisbol de Estados Unidos. De ese conglomerado de números sólo legible para los expertos captados por el City surgió el axioma que convencería a los gestores del club de que Silva era una inversión en toda regla que serviría para multiplicar las prestaciones del equipo. Y es que, como ya lo pudo comprobar Villa cuando ambos jugaban en el Valencia, el canario tiene un porcentaje sideral de asistencias de gol. Es el rey del último pase, el decisivo.

Enfado

Su concurso fue determinante para que 'La Roja' diera un vuelco a la historia en la Eurocopa de Austria y Suiza con Luis Aragonés como seleccionador. Sin embargo, su rol protagonista experimentó un inesperado y brusco giro en la cita de Sudáfrica, cuando Vicente del Bosque le sacó del equipo titular tras la derrota en el debut ante Suiza. Desde entonces, su papel fue secundario, con una desaparición casi completa en la competición que elevó definitivamente a España al Olimpo.

El niño con cara de no haber roto un plato calló en el Mundial para no desestabilizar al grupo, pero meses después se rebeló públicamente y criticó la decisión del técnico salmantino. La polémica estaba servida. Sin embargo, el entrenador solucionó el espinoso asunto en privado y Silva vuelve a ser hoy titular indiscutible.

Y es que, tras una campaña de adecuación a la Premier, el City campeón de la Liga inglesa 44 años después ha visto explotar a un futbolista en plena madurez deportiva que ya solo habla en el campo y que llega a Polonia y Ucrania en un estado de forma formidable. Se ha comprobado en los amistosos de preparación, en especial en el del domingo ante China en el estadio de La Cartuja, donde ofreció un recital de juego y versatilidad al alcance de muy pocos. Se ha superado a sí mismo y nadie puede poner freno a sus aspiraciones personales. Ya lo hizo de pequeño, cuando no dejó su 'oficio' de recogepelotas en el campo del equipo de su pueblo a pesar de que un balonazo le rompió un brazo y lo llevaba escayolado; o cuando el Real Madrid le cerró las puertas de las categorías inferiores por su baja estatura.

Silva suele mantenerse alejado de los ambientes en los que se manejan las estrellas salvo cuando un acto publicitario o de patrocinio así se lo exige. Él prefiere quedarse en casa escuchando la música que le proporciona su hermano Nano o disfrutando de la película 'Gladiator', una historia de superación que ha visto una y otra vez y que le motiva para seguir adelante. O de repente sorprende a sus abuelos de Arguineguín, con los que mantiene una relación especial, y les hace una visita tras gastarse un dineral para fletar un avión privado. De isla a isla, una buena comida con los suyos, y vuelta. Su abuela suele evocar la imagen de aquel crío flacucho que desgastaba las pelotas de trapo o la encandilaba con interminables toques a una naranja.