El-Asad condena la masacre de Hula

El presidente sirio, Bashar el-Asad, liberó ayer de toda responsabilidad a las fuerzas de seguridad por la matanza que tuvo lugar en la ciudad de Hula hace nueve días y que costó la vida a 108 personas, entre ellas 49 niños. El mandatario, que irrumpió por sorpresa en el Parlamento, volvió a apuntar a la autoría de «grupos terroristas», a los que calificó de «bárbaros» por llevar a cabo una masacre «que ni siquiera los monstruos podrían haber cometido».

Al hilo de sus anteriores discursos, El-Asad culpó de la inestabilidad en Siria a una conspiración extranjera. A su juicio, se trata de un «proyecto de destrucción de la nación» que ha provocado el aumento de la violencia, pese al «proceso aperturista» que el régimen presume de haber emprendido en los últimos meses.

El-Asad, que colocó la seguridad nacional como la máxima prioridad del Gobierno, prometió mano dura para acabar con los «grupos armados» que siembran el miedo entre la población civil. En ese sentido, destacó la necesidad de distinguir entre el combate que libra contra la oposición armada y el diálogo político que mantiene con sus detractores.