El penúltimo viaje del submarino amarillo
Se reedita en CD y Blu-Ray la mítica película de los Beatles, un alarde de psicodelia y música
MADRID. Actualizado: GuardarUnos monstruítos azules quieren exterminar la música y un grupo de héroes debe pararles los pies. A grandes rasgos, el argumento de 'El submarino amarillo' podría ser el de cualquier cuento o película de animación. Lo que la hizo única fue su revolucionaria estética psicodélica y el hecho de que los protagonistas fueran el mayor grupo musical del mundo, los Beatles. El próximo día 5, 44 años después de su estreno, se reeditará en DVD y Blu-ray, restaurada artesanalmente, dado el delicado estado del original.
La película no fue la primera incursión de los de Liverpool en la animación: desde 1965 se emitía en EE UU una serie protagonizada por ellos, al estilo de Scooby Doo y otras de Hannah-Barbera, dirigida al público infantil y sin más intervención del cuarteto que permitir que sonaran sus canciones. Tal vez por la escasa ambición de la serie, que hoy se puede ver nada más por cierto encanto camp, los Beatles no pusieron mucho de su parte en 'Yellow Submarine'. Apenas unos meses antes del estreno del filme, en julio de 1968, el especial televisivo Magical Mystery Tour, idea suya en la que sí se implicaron totalmente, había recibido críticas más que negativas, las peores de su carrera.
Pero su contrato con la productora United Artists les obligaba a hacer una tercera película después de 'Qué noche la de aquel día' y 'Help!'. Aceptaron así el proyecto de Al Brodax y George Dunning, productor y director de la serie de televisión. Eso sí: ni siquiera pondrían voz a sus caricaturas, tarea que corrió a cargo de actores de doblaje que los imitaron (uno de ellos, desertor del ejército británico, fue encarcelado y tuvo que ser sustituido). Finalmente, justo antes del retiro espiritual a la India que cambiaría la percepción de alguno de los Beatles -George Harrison, sobre todo-, aceptaron hacer un cameo de carne y hueso al constatar la calidad del filme.
'El submarino amarillo' nada tenía que ver con los dibujos animados para niños. De hecho, se puede considerar como el primer largometraje comercial de animación dirigido al público adulto, o, más bien, a los jóvenes de la época, a la generación 'flower power'. El mensaje general (el amor puede con todo) no puede ser más hippie, y es difícil escapar a la analogía entre los malvados seres azules y la policía, representantes del «establishment opresor».
Pero es en el plano visual y estético donde la película resulta más rompedora, con su rabioso colorido pop y su decidida componente psicodélica, al tratar de recrear el viaje lisérgico provocado por el LSD. Lo contaba, ya en los años 90, el director de arte Heinz Edelmann, un reconocido «conservador» que afirmaba no haber probado nunca las drogas: «Quise sobrecargar al público con estímulos. El color siempre era un poco más intenso de lo normal, y había más detalles de los que suelen ser necesarios para acompañar a la historia. Traté de meter un 20% más de lo que uno normalmente percibe cuando ve una película. Por lo que he leído y oído de la experiencia psicodélica, ese es uno de sus efectos».
Obviamente, tampoco estaríamos hablando de la película si no fuera por las canciones que en ella suenan. Composiciones de la segunda parte de la carrera de los Beatles, que comprenden desde 'Lucy in the Sky with Diamonds' a 'Nowhere Man', pasando por cuatro temas nuevos, entre ellos 'All Together Now' y 'Hey Bulldog'. El CD con la banda sonora también se relanza, aunque sin novedades. Sí las tiene la película, que aparte de la restauración incluye un pequeño documental sobre su producción, dibujos a lápiz y 'storyboards' comparados con las escenas finales. En el libreto, John Lassetter, director creativo de Pixar ('Toy Story', 'Up') y gurú de la animación moderna, escribe un texto laudatorio de 'El submarino amarillo'. «Como admirador de las películas de animación y cineasta, me quito el sombrero ante los artistas que la hicieron», dice. «Su revolucionario trabajo preparó el terreno para el diverso mundo de animación que disfrutamos hoy», asegura.
Con el tiempo, y salvo Paul McCartney, que la considera «un producto de su tiempo, aunque no se puede negar que es innovadora», los Beatles tuvieron en buena consideración la película. George Harrison la definió como «un clásico» y Ringo Starr se mostraba «orgulloso de formar parte de ella». John Lennon, por su parte, se adjudicaba en 1980 la mitad de la película. «Salió de mi boca. Al Brodax venía al estudio para charlar. 'Hola, John, ¿tienes alguna idea para la película?'. Y yo escupía un montón de cosas que luego se incluyeron en la peli».