El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. :: ANDREA COMAS / REUTERS
ESPAÑA

El Gobierno se pone en manos de la UE y pide «colaboración» a los partidos

Rajoy presentará ya las cuentas de 2014 para convencer a Bruselas de que merece flexibilidad en el déficit

MADRID. Actualizado: Guardar
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««La solución se llama euro y Unión Europea». El ministro de Hacienda y portavoz circunstancial del Gobierno, Cristóbal Montoro, no pudo ser más explícito. Hace ya varias semanas que el Ejecutivo se rindió ante la evidencia de que su capacidad para hacer frente al mayor vendaval financiero en más de medio siglo ha quedado desbordada y ahora mira a los socios europeos en busca de un salvavidas que le ayude a sortear el temido rescate.

Montoro trató de evitar la imagen de indefensión y entrega e incluso se negó a admitir abiertamente que se aferra a la recomendación de la Comisión Europea para retrasar hasta 2014 el plazo que le obliga a alcanzar 3% de déficit, pero admitió que el Ejecutivo ya ha tomado la decisión de anticipar «parte de lo que serán» los presupuestos generales de 2014 «en paralelo» a los de 2013. Algo que no se ha hecho nunca en España.

La condición de Bruselas para levantar la mano y relajar el calendario de estabilidad es, precisamente, que España profundice en sus reformas y medidas de consolidación fiscal y presente antes de julio -según planteó el miércoles el comisario Asuntos Económicos y vicepresidente de la Comisión, Olli Rehn- un plan presupuestario «convincente» para los próximos dos años. El ministro no dijo nada de nuevos recortes pero sí del plan «plurianual». «Lo he presentado como informe ante el Consejo Ministros -avanzó- y la intención es acometerlo; es un ejercicio muy sano».

En un escenario de recesión, la reducción del déficit en casi seis puntos sigue constituyendo todo un reto, incluso en el supuesto de que el plazo se alargue a tres años en lugar de dos. Por eso Bruselas no afloja y por eso también supedita la medida de gracia a que se ponga freno al gasto «excesivo» de las comunidades autónomas.

Tras haber elevado el déficit de 2011 de 8,5% a 8,9%, hace quince días, Montoro pudo presentar ayer, con cautela, una buena noticia en ese terreno con el informe de ejecución presupuestaria de las autonomías del primer trimestre del año. Pero fue prácticamente lo único que pudo exhibir en una jornada en la que los mercados volvieron a mostrar su desconfianza en España y en la que la prima de riesgo de la deuda registró de nuevo cifras alarmantes muy por encima de los 500 puntos básicos.

El titular de Hacienda, que tuvo que cubrir la ausencia de Soraya Sáenz de Santamaría en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros debido al viaje que esta realizó el jueves a Washington, no fue capaz de ocultar su preocupación, aunque por momentos lo intentó con ganas. Su mensaje insistente fue el de que hay motivos para la «tranquilidad» porque, desde la UE, la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente del BCE, Mario Draghi, han dado muestras de querer responder a quienes «atacan» al euro con «más euro». Pero cuando se le preguntó por qué estaba tan seguro de que España podrá eludir el rescate su respuesta fue instantánea: «¿Me ve usted seguro? Me alegro de que me vea seguro...».

Más diligencia

El clavo al que se agarra el Ejecutivo es que España es una economía «muy grande», con «intersecciones económicas muy fuertes» en Europa y por eso la UE no puede permitirse dejarla caer. Montoro no explicó aun así de dónde saldrán los 19.000 millones de euros que necesitará Bankia, ni cómo se acometerá la recapitalización del sector financiero. Simplemente, destacó que Draghi se ha mostrado partidario de una «unión bancaria» europea con un fondo para los bancos en dificultades. Obvió, en cambio, sus críticas al modo en que el Gobierno ha gestionado los problemas de la cuarta entidad financiera del país.

La propuesta, que evitaría a España recurrir al fondo de rescate europeo para sanear la banca, no tendrá, en ningún caso, una aplicación inmediata y el tiempo es oro para España porque no podrá financiarse mucho tiempo al interés actual. «La respuesta está en que las instituciones europeas sean diligentes», reiteró el ministro.

Pero aunque el Ejecutivo mira sobre todo a Europa y replica a las demandas de diálogo de la oposición con el argumento de que «en un momento difícil con quien tienes que contactar es con los socios», Montoro también dijo que «una franca colaboración de los grupos parlamentarios sería ahora muy bienvenida».

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, también invitó a Rajoy, desde Sitges, a buscar «grandes acuerdos». Ahora bien, si él pide negociación, el Gobierno busca apoyo incondicional a medidas que considera ineludibles. Basta recordar la respuesta que dio Rajoy a los reproches del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, por no haber admitido enmiendas a los Presupuestos: «Hoy, sobre cosas concretas que también importan, debe primar el objetivo principal de reducir el déficit».