El Gobierno no logra contener la escalada de la prima de riesgo
Los ministros se vuelcan en infundir confianza, pero el diferencial con el bono alemán rozó los 548 puntos básicos
MADRID. Actualizado: GuardarLos mercados vivieron otro viernes aciago. Lo más dramático fue la escalada de la prima de riesgo en España, que pese al despliegue de altos cargos del Gobierno que se esfuerzan por transmitir confianza, se disparó en la última sesión de la semana hasta el más alto registro nunca conocido desde que existe el euro: 548 puntos básicos mediada la jornada. Fueron los rumores sobre compras del Banco Central Europeo en el mercado secundario los que aliviaron la presión, pero el diferencial de las obligaciones españolas a diez años respecto al bono alemán acabó finalmente, al cierre de las Bolsas, en 535 puntos básicos, prácticamente el mismo de la jornada anterior. Italia, que nos sigue de cerca, tuvo un comportamiento similar, con la prima de riesgo escalando los 480 puntos básicos para retroceder después a 456.
Para financiar a España al plazo de diez años, el inversor exige una rentabilidad del 6,52%, cuando en el caso de Alemania se conforma con el 1,17%, otro mínimo histórico. No han servido de gran cosa los encuentros de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría con la directora gerente del FMI, o con el secretario del Tesoro norteamericano. Tampoco el informe del ministro de Hacienda sobre los compromisos adquiridos por parte de las comunidades surtió efectos en unos inversores al parecer dispuestos a apostar, contra viento y marea, contra los países más vulnerables de la zona euro. Lo había advertido la víspera el ministro de Economía, Luis de Guindos, en un foro empresarial: «El euro se la juega estas semanas en España... y en Italia».
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se sumó al esfuerzo de otros miembros del gabinete al intentar lanzar un mensaje de confianza y de seguridad en la economía española tras el Consejo de Ministros: «La solución a la crisis se llama euro y también se llama Unión Europea». «Somos euro, España se llama euro», insistía. Los dos responsables del equipo económico tratan de poner el énfasis en la vinculación a la moneda común, y en denunciar el efecto arrastre que podría acarrear el rescate de un país de la dimensión de España sobre un vecino, el país transalpino, de todavía mayor tamaño en la escala económica.
Pese al despliegue de ministros nadie ha despejado la fórmula de financiar el rescate bancario. Por más que el FMI se haya sumado a la idea de que las entidades españolas puedan acudir directamente a fondos europeos, sin que el Gobierno tenga que realizar esa demanda, este procedimiento comporta una reforma que precisa de la aquiescencia de todos los socios. El Gabinete de Rajoy capta adeptos, pero serán el Tesoro o el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria los que tendrán que acudir al mercado a por recursos.
Las bolsas europeas se tiñeron de rojo, una tendencia que minimizó las pérdidas del parqué de Madrid. Fueron los datos del desempleo norteamericano en mayo, sumados a la sempiterna desconfianza sobre la situación de Grecia, los que llevaron a Francfort a una pérdida del 3,42%, mientras París retrocedió el 2,21%, Londres el 1,14% y Milán el 1,04%. El desplome de Atenas, en el epicentro de la crisis, fue del 4%.