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Egipto levanta la Ley de Emergencia tras 31 años de vigencia
Instaurada en 1981, tras el asesinato de Anuar el-Sadat, su retirada por parte de la junta militar era uno de los objetivos de la revolución
EL CAIRO. Actualizado: GuardarLa mayor parte de los egipcios ya casi no recuerdan cómo era la vida antes de la Ley de Emergencia. Antes de que, por ser sospechoso de algo o por encontrarte en el lugar inadecuado en un mal momento, pudieras ser detenido de forma indefinida, o juzgado por un tribunal militar sin el derecho a apelar. Antes de que la patada en la puerta en mitad de la noche fuera una de las modalidades de arresto más habituales.
Por primera vez desde que el presidente Anuar el-Sadat fue asesinado por terroristas islamistas en 1981, los egipcios vivirán sin ser sometidos a la Ley de Emergencia, que la junta militar prometió ayer levantar, una de las principales reivindicaciones de la revolución.
No es la primera vez que los gobernantes aseguran que piensan acabar con este estado de excepción -el pasado enero se redujo a los casos de «vandalismo», aunque ha seguido aplicándose contra muchos manifestantes-, pero el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas asegura que esta vez es la definitiva.
El anuncio de la junta militar, que ha prometido que «continuará» con su «responsabilidad nacional de proteger el país hasta que la transferencia de poder termine», no resuelve los casos de las 188 personas que aún se encuentran bajo custodia militar debido a las premisas de la Ley, y que Human Rights Watch ha pedido que transfieran a instancias civiles.
La ley permite al jefe del Estado cancelar los derechos que la Constitución otorga a los egipcios, como el de reunión o el de asociación; permite la censura o revocar los derechos legales de los ciudadanos. Debido a su aplicación, desde la revolución que derrocó a Hosni Mubarak miles de personas han sido arrestadas en protestas callejeras y sometidas a juicios militares. El propio Mubarak, sus dos hijos y sus colaboradores, sin embargo, están siendo enjuiciados en un proceso civil, cuya sentencia deberá conocerse el próximo sábado 2 de junio.
Someter a la oposición
El estado de excepción se ha ido renovando a lo largo de los años, y sirvió como herramienta eficaz al régimen anterior para someter a la oposición y a los disidentes, especialmente a los islamistas. La última ampliación de la Ley expiraba ayer.
La junta militar deberá abandonar el poder el próximo 30 de junio, después de que los egipcios hayan elegido a un presidente. La segunda vuelta de las elecciones está prevista para el 16 y 17 de junio, y enfrentará al hermano musulmán Mohamed Mursi y al mubarakista Ahmed Shafiq.