Mario Draghi comparece ayer ante el Parlamento Europeo. :: Y. HERMAN / REUTERS
Economia

El BCE acusa al Gobierno de actuar en Bankia «de la peor forma posible»

Merkel pide mantener la confianza en España, una «aliada en el camino de la austeridad y el crecimiento»

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El presidente del BCE, Mario Draghi, respondió ayer a las peticiones del Gobierno español para que intervenga en los mercados con una sonora crítica a su gestión en la nacionalización de Bankia. El exgobernador del Banco de Italia acusó al Ejecutivo de actuar «de la peor forma posible» tras «haber subestimado» los problemas de la entidad. Convencido de que la zona euro ha atravesado momentos de mayor vértigo, recomendó a Mariano Rajoy perseverar con los ajustes y las reformas para enfriar la prima de riesgo. Angela Merkel se mostró menos severa y exhibió su confianza en España, «una aliada en el camino de la austeridad y el crecimiento».

El jefe del BCE analizó el panorama económico durante una comparecencia en el Parlamento Europeo. Habitualmente muy críptico en sus mensajes, ayer sorprendió con un discurso muy afilado tanto con el Ejecutivo de Rajoy como con la zona euro. Draghi comparó la nacionalización de Bankia con la de Dexia, una entidad belga rescatada en dos ocasiones. «Cuando nos enfrentamos con dramáticas necesidades de recapitalización, la reacción de los Gobiernos o de los supervisores nacionales es subestimar la importancia del problema y presentar una primera evaluación. Después hay una segunda, una tercera, una cuarta...», censuró.

El responsable italiano remarcó que la lentitud y la indecisión solo contribuyen a agravar los problemas cuando se intenta sanear un banco. «Es la peor manera posible de hacer las cosas. Al final, todo el mundo acaba actuando correctamente, pero al coste más alto posible», enfatizó. Por ello, lanzó un mensaje directamente a los gobiernos para que en el futuro no se repitan gestiones como la de Bankia. «Siempre va a ser mejor equivocarse por poner demasiado capital al principio que luego quedarse cortos», aconsejó.

Durante la comparecencia, Pablo Zalba, eurodiputado del PP, pidió explicaciones a Draghi sobre el «exagerado castigo» que sufre España en los mercados. El guardián del euro mantuvo el mismo tono crítico y respondió con una cadena de preguntas retóricas en las que rechazó comprar deuda española para reducir la prima de riesgo. «¿Puede el BCE llenar el vacío de la falta de acción de los gobiernos en el frente presupuestario? ¿Puede el BCE llenar el vacío de la falta de acción en el frente estructural?», planteó. «No, no es nuestra obligación y no está en nuestro mandato», agregó.

El exgobernador italiano explicó que la ofensiva de los mercados se debe al aumento «drámatico» de la aversión al riesgo, lo que lleva a los inversores a refugiarse masivamente en los bonos alemanes y ensancha todavía más el diferencial con los títulos españoles. A su juicio, esta tendencia demuestra que los parqués aguardan una «acción mucho más radical» de los gobiernos con los tijeretazos y las reformas. Draghi, sin embargo, atribuyó la mayor parte de la volatilidad a la falta de avances en la Eurozona para profundizar en su integración. «Se trata de la contribución más importante que pueden hacer nuestros líderes», subrayó.

Unión bancaria

Integrante del grupo de trabajo que prepara una propuesta sobre el futuro de la moneda única, el responsable transalpino defendió la necesidad de poner rumbo hacia una unión bancaria. Aunque la semana pasada los eurobonos dominaban el debate, ahora cobra fuerza este escenario que contempla un fondo de garantía de depósitos común, una supervisión centralizada y un mecanismo para facilitar la liquidación de las entidades con problemas. Lo que no está claro es si se utilizará dinero europeo para las recapitalizaciones, una opción a la que la Comisión abrió ayer la puerta.

Angela Merkel intervino en el debate con una apuesta por examinar todos las opciones de futuro «sin tabúes». La declaración de intenciones, que choca con su veto a los eurobonos, podría ayudar a forjar acuerdos para diseñar la imagen de la UE en un horizonte «de cinco a diez años». La canciller, que mantuvo una conversación telefónica con Rajoy, le ofreció su respaldo horas después al recordar que recibió una «difícil herencia» a su llegada al poder. «España es un aliado en el camino hacia la consolidación fiscal con impulsos simultáneos al crecimiento», proclamó.

Las decisiones sobre el futuro de la Unión se esperan para la cumbre de finales de este mes. El comisario de Economía, Olli Rehn, alertó de que hay mucho en juego porque el «contagio financiero» puede conducir a una «desintegración de la Eurozona».