¿Y la política dónde está?
Despachar la Bankiarrota sin una comisión de investigación pone a la política bajo sospecha
Actualizado: GuardarLa política parece estar cada vez menos a la altura. Otra mala noticia que se suma a las malas noticias. En una situación realmente difícil para el país, atrapado en una crisis sistémica como esas ciclogénesis explosivas donde todo se combina para provocar una 'tormenta perfecta', el vacío de liderazgo es indisimulable. La última es el hundimiento de Bankia, convertida en un agujero negro de la credibilidad española. Gobierno y oposición se han borrado de este escándalo volcánico de veintitrés mil millones. Falta política; no hay líderes.
En el PSOE aún parecen noqueados bajo el peso de su herencia catastrófica y el shock de la fuga masiva de su electorado; y en el PP aún conservan los tics de la oposición cuando bastaba con invocar el demonio de Zapatero -ahí está la declaración del presidente en la sede del partido, sin dirigirse a la nación desde Moncloa- noqueados al verse gobernando fuera de control contra su propio programa. En definitiva unos y otros parecen bloqueados en su debilidad mutua, como esos luchadores que se inmovilizan en una posición de 'stalemate', sin poder actuar contra el otro pero sin que el otro pueda actuar contra ti. La situación empieza a recordar esa humorada del paciente que al ver dentista acercarle la turbina a la boca, le agarra de los testículos y le espeta: ¿A que ninguno de los dos vamos a hacernos daño?
Así parecen estar el Gobierno y la oposición, bloqueados mutuamente por la debilidad, como ajedrecistas buscando tablas. Sólo así puede producirse un rescate bancario de veinte mil millones, más que el déficit autonómico, en un proceso discreto de perfil bajo. Solo así se puede declarar «contraproducente» dar explicaciones. Solo así se puede tragar que es demagógico comparar la cifra del rescate con los recortes sociales. Solo así se puede asumir el esquinazo al Congreso sin hacer casus belli. Solo así se puede enredar esto con el debate del IBI de la Iglesia. Solo así puede darse carpetazo a una comisión para depurar responsabilidades. Cuando más se esperaba al Gobierno y a la oposición, no ha habido ni Gobierno ni oposición. La política está en horas más bajas que la mina de East Rand.
La única preocupación notoria en los partidos ha sido asegurarse de alejar el epicentro del terremoto. Eso es todo. El PP ha cargado contra el Banco de España -que es como culpar de un robo no al ladrón sino al policía que no lo atrapó- para sacar de la primera línea a Rato, Blesa y la casta madrileña del poder que manda ahí desde hace dos décadas; y el PSOE acepta este juego rutinario sin ir a una confrontación para depurar responsabilidades. Parece haber mucho que ocultar. Despachar la Bankiarrota sin una comisión de investigación pone a la política bajo sospecha.