Chacón y Tomás Gómez ponen la primera zancadilla a Rubalcaba
La exministra y el líder del PSM empujan para que el PSOE haga una oposición más dura contra el Gobierno
MADRID. Actualizado: GuardarNi cuatro meses ha tardado en volver a estallar la polémica en el PSOE. Y en el epicentro de la batalla se encuentran, de nuevo, Carme Chacón y el rebelde secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez. Ambos consideran que la postura de la dirección del partido respecto a asuntos tan candentes como el de Bankia o la reforma del sistema financiero está siendo demasiado tibia y, junto a otros diputados, defendieron en una agitada reunión del grupo parlamentario socialista presidida por Alfredo Pérez Rubalcaba que se exija una comisión de investigación o, como poéticamente la llamó la exministra de Defensa, una «comisión de la verdad».
La discusión podría haber quedado en un mero debate de ideas. Pero la dirección del partido cree que, tras las sugerencias de Gómez y Chacón, hay una apuesta «personalista» y «oportunista». Sobre todo porque Pérez Rubalcaba asegura que él no se opone de entrada a que se constituya un órgano parlamentario de ese tipo para depurar responsabilidades políticas. Simplemente quiere, antes de tomar ninguna decisión, que comparezcan en el Congreso los antiguos responsables de la caja, el actual y el gobernador del Banco de España.
La bronca estalló, sin embargo, cuando el secretario general se topó en un diario de tirada nacional con una versión de la reunión de la comisión ejecutiva del lunes en la que se hablaba de una fuerte división interna a cuenta de este mismo tema. Diversas fuentes aseguran que el encuentro transcurrió de manera pacífica y que nadie plantó cara a la postura de Rubalcaba, partidario de buscar el acuerdo con el Gobierno en la actual coyuntura económica.
En la dirección del PSOE apenas hay representantes del sector que apoyó a Chacón en el 38 Congreso. Y Griñán, que sí lo hizo, ha defendido en varias ocasiones la necesidad de buscar un gran pacto de Estado. El origen de esa información pues estaba acotado. Se da la circunstancia, además, de que las críticas reveladas coinciden con los planteamientos que Tomás Gómez hizo el mismo lunes por la tarde en un acto en Madrid.
Prohibido
Rubalcaba, que ha dado orden de que no se filtren jamás las discusiones de la ejecutiva y lleva la prohibición a rajatabla, advirtió en la reunión del grupo parlamentario de que buscará dimisiones y -como puede oírse en una conversación con Eduardo Madina, captada por las cámaras- acusó a la número dos del PSM y mano derecha de Gómez, Maru Menéndez, de la deslealtad.
La dirigente madrileña llamó ayer por la tarde al secretario general para negar que tuviera algo que ver con el asunto. Y fuentes de la dirección socialista aseguran que Rubalcaba dio por buena su aclaración. Pero nada de eso evita que el PSOE esté una vez más sumido en un ambiente tenso.
En Ferraz aseguran aun así que no hay disidencias, e insisten en apuntar a la exministra de Defensa y el barón madrileño como responsables de un episodio en el que no cabe incluir, dicen, a nadie más. A pesar de que otros diputados, como Odón Elorza, Isabel López i Chamosa o la exministra de Agricultura Rosa Aguilar también se han mostrado partidarios de una comisión de investigación, no hay, sostienen, una acción concertada.