¿Línea roja andaluza?
MÉDICO Y DIPUTADA Actualizado: GuardarHace tiempo que intuíamos que las inversiones sanitarias de la Junta de Andalucía en la provincia de Cádiz no iban a llegar. Las previsiones del mapa sanitario 2007-12 no se han cumplido y ahí están las constantes paralizaciones del hospital de La Línea, la ampliación inconclusa del de Jerez, la historia interminable del de Cádiz o los casos del Materno-Infantil de Algeciras, el Chare de Vejer, los centros de especialidades de la Sierra o los centros de salud pendientes por toda la provincia.
Parece que la 'línea roja', que los partidos de izquierda dicen negarse a traspasar, ya se traspasó hace mucho tiempo en Andalucía. Y ahora, que toca austeridad en todas las administraciones del país, la Junta decide que la mejor manera de cumplir con los objetivos del déficit es ahorrar en lo que, para ella, es menos prioritario. Es decir, si hay que apretarse el cinturón que lo hagan los funcionarios en general y los profesionales sanitarios en particular.
Es obvio que, desde Despeñaperros para abajo, algunos sufren un brote agudo de daltonismo y la 'línea roja' se convierte por arte de magia en 'línea verde', culpando encima a los demás de los desaguisados propios. Eso de atribuir a otros los resultados nefastos de la ineficiencia propia requiere una breve reflexión.
Ocurre en muchas ocasiones que, cuando interesa echar una cortina de humo sobre las incompetencias propias, se tiende a diluir responsabilidades, a escurrir el bulto y a echar las culpas a los demás. Esto, que podemos observarlo en multitud de organizaciones, cobra especial relieve en un ámbito tan crucial y básico como es la sanidad. Una sanidad pública cuya sostenibilidad es una obligación ineludible para asegurar las prestaciones a nuestra población y a la generación futura. Y en esta tarea, en la que todos tenemos que colaborar haciendo buen uso de nuestro sistema sanitario, conviene recordar las responsabilidades que, voluntariamente, han asumido cada una de las administraciones en la España de las Autonomías.
No podemos obviar que la Junta de Andalucía es la que establece sus prioridades en el marco de los presupuestos que, anualmente, aprueba el parlamento andaluz. No podemos olvidar que, ya sea en épocas de bonanza o en épocas difíciles como las que atravesamos, es la Junta de Andalucía la que decide cómo y en qué áreas, programas, iniciativas, departamentos, empresas públicas o consejerías distribuye el presupuesto disponible. Como es también la Junta de Andalucía la responsable de gestionar eficazmente y eficientemente los propios presupuestos sanitarios. Porque hay que recordar que las competencias de Sanidad están adscritas a la Comunidad Autónoma.
En la web de la Junta podemos leer: 'las competencias sanitarias de la Junta de Andalucía vienen definidas por el Estatuto de Autonomía que confiere a la Comunidad, competencia exclusiva en materia de Sanidad e higiene' y 'la Consejería de Salud es el órgano responsable de las directrices de la política de salud y de la superior dirección de los organismos directamente responsables de la provisión y gestión de los servicios sanitarios de nuestra Comunidad Autónoma'. Efectivamente, una titularidad que se adquirió a través de la transferencia de competencias en sanidad, antes dependientes del Ministerio de Sanidad, en el año 1981, hace ahora 31 años; que continuó con las transferencias de competencias sobre la gestión de la red sanitaria, anteriormente gestionada por el Insalud, hace ahora 28 años, y con las transferencias de competencias de Centros Sanitarios anteriormente dependientes del Ministerio en 1985, hace ahora 27 años.
Es por tanto, la Administración Andaluza la responsable, entre otras muchas cuestiones, de la política de personal y de recursos humanos: convocatorias, provisión de plazas, etc., como es la responsable de la creación de centros asistenciales o del establecimiento de su cartera de servicios a la población, más allá de la cartera de servicios común para todos los españoles. Es también la responsable de decidir los recursos de sus presupuestos que prefiere dedicar a sanidad o, si por el contrario, prefiere invertir en otras cuestiones diversas.
Que duda cabe que la Sanidad representa un capítulo importante de los presupuestos; no puede ser de otra manera. Pero también hay mucho dinero que se ha perdido o tirado en otras muchas cosas, por no hablar de las instrucciones judiciales sobre los casos que todos tenemos en mente. O, incluso, la ineficiencia y el despilfarro en la propia gestión que ha conducido a una deuda de casi 2.800 millones de euros. Una deuda, derivada de una pésima gestión, que ahora intenta resolverse a costa del eslabón más débil, los profesionales sanitarios, precisamente el colectivo más responsable del sistema y más implicado en asegurar la salud de los ciudadanos.
Pero para la Junta de Andalucía es más importante el mantenimiento de los innumerables cargos intermedios y sus correspondientes complementos, la permanencia de los cientos de asesores, la inversión desproporcionada en autopublicidad o la inversión millonaria en cursos, talleres y eventos diversos que se desarrollan sin ningún tipo de control sobre su utilidad sanitaria real.