Interior avisa de que ETA se disolverá «por las buenas o por las malas»
El Gobierno reitera a la banda que no espere negociación alguna y que las detenciones continuarán con el total apoyo de Francia
MADRID. Actualizado: GuardarEl ministro del Interior aclaró ayer a ETA que la operación policial que descabezó el domingo la jefatura militar de la banda terrorista no es una redada más sino toda una declaración de intenciones de los gobiernos de España y Francia. Es la respuesta de los aparatos antiterroristas de ambos países a la reciente reclamación de la organización terrorista de un diálogo directo con sus gobiernos como gesto para dar el paso de la entrega de las armas. «O se disuelve por las buenas o por las malas», espetó ayer Jorge Fernández Díaz como única oferta.
«ETA ha de saber que, cambie o no cambie el Gobierno en España, cambie o no cambie el Gobierno en Francia, la lucha hasta su disolución incondicional se va a mantener», señaló el titular de Interior la víspera de reunirse en Madrid con su homólogo francés, Manuel Valls, la primera reunión desde la llegada de François Hollande a la presidencia de Francia. El encuentro tiene como principal objetivo reiterar que la llegada de los socialistas al Ejecutivo del país vecino no va a significar cambio alguno en el discurso de firmeza contra ETA y en la colaboración entre las policías de ambos países.
Valls, de origen español, lo dejó claro nada más acceder al cargo, cuando dijo que su posición respecto a la organización terrorista será siempre la que marque el Gobierno español y que su intención es mantener una colaboración bilateral «ejemplar».
El mensaje que quiere lanzar la cumbre de Interior es que no habrá ni diálogo ni negociación de ningún tipo, ni directo ni indirecto, para lograr el final de ETA. Los gobiernos de ambos países insistirán en que es la organización la que debe desaparecer de forma «incondicional» y que, además, mientras los terroristas persistan en mantener lo que Fernández Díaz define como «una estructura larvada en la clandestinidad» continuarán con la detención de sus miembros.
Dudas oficiales
El Gobierno, pese a que hace semanas dio a entender que ETA ya no tenía capacidad para retornar a los atentados, sigue sin querer dar por superado el terrorismo. Fernández Díaz volvió ayer a dudar de sus intenciones cuando afirmó: «¿Qué credibilidad tiene una organización que dice que va a dejar de actuar para siempre y, sin embargo, no se disuelve sino que sus miembros van armados, sustraen vehículos y falsifican documentación».
El ministro, desde la localidad marroquí de Tánger, despreció los intentos de mediación realizados por el grupo de verificadores internacionales, a quienes avisó de nuevo de que «no son bienvenidos» a España porque «no tienen nada que hacer aquí», y no se olvidó de enviar otro recado a la propia izquierda abertzale, por criticar la redada. «Pretenden presentarse como los abanderados de la paz, pero están siempre del lado de los terroristas», recriminó.
El consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares, se congratuló por la redada del domingo y defendió que continúen las detenciones mientas ETA no aborde su disolución. No obstante, y a diferencia del ministro, cargó el acento en que, según los datos de que dispone, ETA «ha abandonado todas las actividades terroristas» y que las supuestas tareas de captación que podían estar realizado los dos detenidos solo buscaban cimentar «la infraestructura para mantenerse en la clandestinidad».
El Ministerio de Interior confirmó ayer que Oroitz Gurrutxaga, arrestado el domingo junto a su ayudante Xabier Aramburu en Francia, era el máximo responsable de los comandos etarras desde mediados de 2010, cuando sustituyó a Mikel Karrera, 'Ata', arrestado en mayo de ese año. La información oficial se contradice con la aportada en marzo de 2011 por los anteriores responsables de Interior, cuando calificaron como el entonces jefe militar de la banda a Alejandro Zobaran, 'Xarla', con motivo de su detención.
Gurrutxaga y Aramburu, encarcelados en la comisaría Bayona, serán puestos en breve a disposición judicial en París.