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Obama prepara un nuevo plan de paz para Siria
EE UU propone ahora una solución similar a la aplicada en Yemen tras la matanza de 116 personas en Hula a manos del régimen
EL CAIRO. Actualizado: GuardarEl conflicto sirio ha alcanzado un nuevo punto de inflexión. Las insoportables y brutales imágenes de la matanza de Hula, que ha dejado decenas de cadáveres de niños, parecen haberse convertido en un nuevo revulsivo para la comunidad internacional. La presión sobre el régimen se había estancado en las últimas semanas, pero la maquinaria de matar de Bashar el-Asad, que ha negado su implicación en la masacre, no ha dado tregua.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reunido de urgencia, condenó ayer la «masacre» de Hula y aseguró que sus responsables deberán «rendir cuentas». Por su parte, los observadores de la ONU en Siria confirmaron que los carros de combate del Ejército sirio dispararon obuses contra la localidad de Hula, según explicó en una carta el secretario general Ban Ki Moon.
La matanza de Haula, en la que murieron 116 personas, se produce apenas 72 horas antes de la visita que hoy emprende Kofi Annan, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria y sella con sangre el fracaso de su plan de paz. Annan viaja a Damasco para supervisar el alto el fuego supuestamente emprendido por las partes el pasado 12 de abril, durante el cual han muerto, según la oposición, más de 1.200 personas, y para evaluar qué puede rescatarse de su plan de paz de seis puntos.
Sin embargo, según revelaba el diario The New York Times, parte de la comunidad internacional ya ha dado por fracasado la hoja de ruta del ghanés. Según esta información, el presidente estadounidense, Barack Obama, estaría buscando el apoyo de Rusia para sacar adelante un nuevo plan similar al que se aplicó en Yemen, donde el presidente Alí Abudulá Saleh dimitió a favor de un vicepresidente, que deberá en los próximos dos años redactar una Constitución y convocar elecciones. Una suerte de transición política que integre a personas del antiguo régimen pero que otorgue garantías a la oposición, que pide a toda costa la salida del poder de El-Asad.
Como es su costumbre, el régimen responsabilizó ayer de la matanza a «grupos terroristas» que habrían lanzado «ataques de manera simultánea y planeada», dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores. Y el regimen ha encontrado quien le crea. El embajador adjunto de Rusia ante Naciones Unidas puso en duda la responsabilidad del gobierno en la masacre. «Tenemos que determinar si fueron las autoridades sirias», dijo Igor Pankin a periodistas en la sede de la ONU en Nueva York. «Hay razones sustanciales para creer que la mayoría de los que murieron fueron acuchillados, cortados con navajas o ejecutados a quemarropa», añadió.
Responsabilidades
La guerra civil -si no la hay ya- está a la vuelta de la esquina. Ayer, el Consejo Nacional Sirio (CNS), llamó a las armas a los sirios si la comunidad internacional no toma partido. «Apelo a los sirios a que lideren la batalla por la liberación y por la dignidad apoyándose en sus propias fuerzas, en los rebeldes desplegados por el país y en las brigadas del Ejército Libre Sirio y sus amigos», dijo en Estambul Burhan Galion, el recién dimitido líder del CNS.
La de la guerra es una posibilidad, aseguró Galion, si «la comunidad internacional no asume sus responsabilidades de acuerdo con el capítulo 7 (de la Carta de las Naciones Unidas, que autoriza la intervención extranjera, incluida la militar en caso de amenazas para la paz o actos de agresión)».
Ayer, al menos una treintena de personas murieron en la ciudad de Hama por los disparos de carros de combate del Ejército sirio, según denunció la oposición. Según estas fuentes, los militares bombardearon varios barrios residenciales que servían de base para los insurgentes.Los combates entre el ejército del dictador y los rebeldes se extendieron por toda la geografía del país.