Economia

Trabajo inspecciona bodas y comuniones

El Plan de Lucha contra el Fraude incide en la investigación de empresas que venden contratos falsos para recibir prestaciones La campaña de control de empleo irregular se vuelca en mayo y junio en estas celebraciones

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Mayo es el mes por excelencia de las comuniones. Cada año se celebran más de 200.000 ceremonias, según los datos de la Conferencia Episcopal. Si usted ha asistido este año a la celebración de una de ellas y ha ido a comer a un restaurante, es posible que esa comunión estuviera incluida en un plan de inspección. Durante estos meses de mayo y junio, la Inspección de Trabajo realiza su campaña intensiva de bodas, banquetes y comuniones con el fin de controlar que los empleados en los restaurantes y hoteles estén dados de alta en la Seguridad Social y , si se trata de extranjeros, que tienen permiso de trabajo. Aunque no todas las comuniones incluyen convite, el negocio no es menor. El coste medio de celebrar una se sitúa en los 2.125 euros, según un estudio de la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI). El principal gasto es el banquete, que supone más de la mitad de la factura, con un menú de comunión que oscila entre 30 y 60 euros por persona. Celebrar una boda cuesta más de 14.000 euros, según FUCI.

Toda la inspección de Trabajo se volcará en esta campaña estos dos meses. Este año se ha institucionalizado a nivel nacional y se está haciendo en todas las provincias. Los inspectores y subinspectores de Trabajo acuden a las bodas y comuniones para comprobar que no hay trabajadores sin contrato. Si no está dado de alta en la Seguridad Social, la sanción administrativa a la empresa supera los tres mil euros por empleado, y si no tiene autorización para trabajar en el caso de extranjeros, alcanza los 10.000 euros.

El objetivo de esta campaña es que todos los trabajadores estén dados de alta en la Seguridad Social y la empresa abone las cotizaciones sociales correspondientes. Es decir, más ingresos para las arcas públicas. Pero también se ha implantado otra línea de inspección dirigida a evitar que salga dinero de los fondos públicos para pagar prestaciones injustificadas, como el seguro de desempleo a quien no ha cotizado.

La iniciativa partió de Murcia hace pocos años, cuando empezaron a realizar comprobaciones y cruces de datos informáticos y descubrieron una importante bolsa de fraude a través de empresas ficticias que facilitan un contrato de trabajo falso o un historial laboral fraudulento a cambio de una cantidad de dinero. Con esos papeles falsos, el presunto trabajador reclama la prestación por desempleo, pide el tercer grado penitenciario, un permiso de trabajo o, incluso, le facilita la obtención de un crédito hipotecario. Los precios que cobran estas empresas ficticias varían, pero suelen oscilar entre los 1.000 y 2.200 euros si los papeles falsos sirven para obtener un permiso de trabajo, entre los 300 y 500 euros si son para cobrar el paro y entre los 2.000 y los 2.500 para lograr el tercer grado penitenciario.

Para descubrir a estas empresas, la Inspección cruza los datos de altas en Seguridad Social con el ingreso de cotizaciones sociales y las declaraciones a Hacienda para detectar qué sociedades sin tráfico mercantil figuran con plantillas que no son reales. Cuando de esta investigación inicial salta la sospecha, se realizan visitas al domicilio social de la empresa -donde se comprueba si hay actividad o no- y entrevistas a las personas que figuran como gerentes o administradores: cuando se trata de empresas ficticias suelen utilizar el DNI de indigentes o de personas que han sufrido el robo de su documentación.

Investigación nacional

Los buenos resultados obtenidos en Murcia han motivado que se hayan dado instrucciones para que en todas las delegaciones provinciales se pongan en marcha investigaciones similares para detectar la simulación de la contratación laboral o la realización de una actividad laboral ficticia con alta en la Seguridad Social (sin ingreso de cuotas) para la obtención indebida de prestaciones, o el incremento injustificado de las bases de cotización para provocar un aumento de las prestaciones.

El director de la Inspección de Trabajo de Murcia, Diego Martínez Rafecas, explica que, desde 2009, en Murcia se han anulado más de cuarenta códigos de cotización, lo que ha llevado a anular los contratos falsos de unos 4.200 trabajadores y ha permitido ahorrar más de ocho millones de euros que, de otra forma, se hubieran abonado. En Murcia hay abiertos dos procesos judiciales con varias empresas imputadas. Algunas sociedades ficticias generaron cuentas falsas de cotización en Madrid, Barcelona, Almería y otras ciudades. De ahí que se haya extendido la investigación y sea una línea troncal del plan contra el empleo irregular.

Un plan que prevé realizar este año 314.000 reclamaciones de reintegros de pagos indebidos en prestaciones por desempleo, 225.000 visitas a centros de trabajo y liquidar más de 950 millones por el control del cumplimiento de obligaciones en materia de Seguridad Social.