A mi amigo Alfredo Los Moreno

No, no hablo bien del amigo Alfredo por su muy repentino fallecimiento y la consiguiente emoción del crucial momento. Sencillamente porque lo merecía y lo merece, cuestionado como tanto él como nosotros sabíamos, como habitualmente nos referíamos en nuestras cotidianas conversaciones, -no somos monedas de oro que a todos agradan-, por encima de fobias y filias, predomina el reconocimiento y la gratitud hacia quien hasta el último aliento trabajó por la Cultura de Puerto Real: Alfredo Los Moreno.

Desde su venida de Cádiz con su familia en 1959 a la Villa de Puerto Real, hasta su definitiva bajada de telón, transcurrieron más de 50 años de conocimiento y amistad, sin alharacas y, por supuesto, el evidentemente distinto, como enriquecedor, enfoque de todo lo que nos unió, hasta los lógicos instantes, de disparidad de criterios tan respetables como humanos.

Desde que fuimos compañeros de estudios, juegos y travesuras en la Academia del Sr. Orell -propia de aquellos remotos años ya, en los que el que suscribe le recordaba hace poco-, nos unió irremisiblemente la Cultura, en sus muy diversas facetas: el teatro ¡por supuesto! Los grupos Éxodo, -en años difíciles- o La Jarana, el Ente Cultural y deportivo, su paso por la tenencia de alcaldía de Cultura, en la que contó conmigo, y en el que yo quise caminar igualmente con anhelos ajenos a lo puramente crematístico, con tantas eficientes compañeras y compañeros, anteriormente en la Asociación de Espectadores, semanas del libro, mucho antes en las incursiones clandestinas en los sótanos de la entonces semi en ruinas Iglesia de San José a cuya restauración en su día con otros compañeros tú, Alfredo Los Moreno, dedicó su tiempo, las Jornadas anuales del teatro, que con los conciertos denominados 'Tu noche de verano' dieron merecido prestigio a Puerto Real o el remozamiento de nuestro Teatro Principal. por citar solo algunas realizaciones del ya desaparecido e inolvidable amigo y compañero Alfredo Los Moreno.