Los revolucionarios laicos se enfrentan con su peor pesadilla

«Parece que no hubiéramos aprendido nada», se lamentaba ayer a este diario Ahmed Maher, líder del movimiento juvenil 6 de Abril, uno de los instigadores de la revuelta que derrocó a Mubarak. La división del voto liberal, que ya perjudicó a los izquierdistas en las elecciones parlamentarias, ha vuelto a repetirse. Los ánimos estaban bajos ayer entre los laicos revolucionarios, que se encuentran ahora con un escenario de pesadilla.

Dar su apoyo a los Hermanos Musulmanes significa que estos podrían acabar controlando el poder ejecutivo y el legislativo. La alternativa, sin embargo, conduce a apoyar a la persona que en su opinión encarna todo aquello por lo que salieron a la calle el 25 de enero de 2011 y que ha costado la vida a alrededor de un millar de personas. Mientras se reponen del varapalo que han supuesto los primeros resultados de la primera vuelta de los comicios presidenciales, los grupos juveniles de la revolución están empezando a movilizarse para consensuar cuál puede ser el siguiente paso.

«Cuando se conozcan los datos oficiales anunciaremos a qué candidato vamos a apoyar», afirmó Maher. La vuelta a las calles no está descartada. «Si Shafiq ganara estas elecciones creo con casi toda seguridad que habrá una nueva ola revolucionaria», advierte este activista.

«No es culpa de la gente que los candidatos que no estaban asociados con el antiguo régimen decidieran dividir sus votos», defendía ayer en su perfil de la red social Facebook Wael Ghonim, el directivo de Google que creó la página 'Todos somos Jaled Said', herramienta que ayudó a canalizar el activismo que desembocó en la revolución que provocó la caída de Mubarak.

Las quinielas electorales ya han comenzado. «Creo que cualquier otra opción laica contra Mohamed Mursi en la segunda vuelta habría derrocado a los Hermanos pero, siendo la alternativa Shafiq, creo que muchos revolucionarios votarán al islamista», reconocía Ahmed Maher.