Rajoy descongela la renovación de los órganos institucionales
Rubalcaba aspira a pactar la posición ante la UE y el presidente abordará la renovación del Constitucional y el Banco de España
MADRID. Actualizado: Guardar«Que el líder de la oposición y el presidente del Gobierno se reúnan durante cuatro horas para hablar de economía y empleo es bueno; tiene mucho sentido para un país que vive angustiado», dijo Alfredo Pérez Rubalcaba tras su hasta ahora única entrevista oficial con Mariano Rajoy en el palacio de la Moncloa. Apenas tres meses después, Mariano Rajoy y el secretario general del PSOE han vuelto a la casilla de salida. Los socialistas esperan poco del encuentro que se celebrará hoy. Su principal valor reside, sostienen en la dirección socialista, en que supone una «normalización» de relaciones.
La cita, a la que el jefe del Ejecutivo ha eludido dar un caracter preferencial -de hecho recibirá a Rubalcaba a las siete de la tarde, después de un 'vis a vis' similar con el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida-, llega en un momento crítico para España. Ni siquiera la petición directa de Rajoy el miércoles en Bruselas ha logrado ablandar al Banco Central Europeo, que sigue sin dar muestras de querer asumir una nueva compra masiva de bonos o un 'manguerazo' de liquidez al sistema financiero, las dos medidas que podrían relajar en el corto plazo la desorbitada presión sobre la deuda pública española. Y esa es, en este momento, la principal preocupación del presidente del Gobierno.
En los cinco meses que lleva en el poder, Rajoy se ha servido de su mayoría absoluta para acometer las medidas de ajuste que creía precisas para cumplir los objetivos del déficit y ganar confianza en los mercados con poco éxito. La prima de riesgo alcanzó ayer los 490 puntos básicos, una cifra que hace meses se consideraba insostenible, pero que algunos en el Gobierno ya empiezan a asumir como «cotidiana». La pelota está, a su juicio, en el tejado de la UE. «España -llegó a decir hace unos días el ministro de Economía, Luis de Guindos- ya ha hecho todo lo que estaba en su mano».
Escaso margen
Alcanzar un «acuerdo básico» sobre Europa y la respuesta comunitaria a la crisis es, precisamente, la principal aspiración de Rubalcaba. En la política nacional hay poco margen para el acuerdo, a pesar de que el líder de la oposición mostrara ayer en RNE su lado más conciliador y asegurara que «cuando los países lo pasan mal, los grandes se juntan». «Yo le digo al Gobierno que estoy dispuesto a hablar, tengo mis líneas rojas -matizó-, pero estoy dispuesto a hablar». El propio Rajoy ya ha dejado claro que prefiere otros interlocutores, más cercanos a su ideología y su criterio económico. El Gobierno no aceptó ni una sola de las más de 3.000 enmiendas presentadas a los Presupuestos y que fueron debatidas esta semana. Pero sí pactó con CiU dos docenas de enmiendas transaccionales a la reforma laboral, aprobada definitivamente ayer en la comisión de Trabajo del Congreso.
En todo caso, hay asuntos para los que el concurso del PSOE es imprescindible porque requieren una mayoría cualificada en el Parlamento. Rajoy y Rubalcaba se comprometieron en su encuentro de febrero a renovar los órganos constitucionales antes de que acabe este período de sesiones. Y salvo un movimiento inicial, frustrado después con el cambio de la ley para la designación del Consejo de RTVE, no ha habido en estos tres meses ningún intento de negociación.
El presidente del Gobierno se mostró convencido el miércoles de que, al menos en lo que respecta al Tribunal Constitucional, que ya ha amenazado con tomar medidas «drásticas» si no se aborda la renovación pendiente desde noviembre de 2010, será posible el entendimiento. Fuentes de la dirección del PSOE adelantan, aun así, que no llevarán a la reunión nombres en la cartera. Ni en ese caso ni en del gobernador del Banco de España, puesto para el que suenan Luis Linde, Fernando Bécker o Antonio Sáinz de Vicuña.
Está también en el aire el nombramiento del Defensor del Pueblo, para el que tiene serias papeletas el socialista Paco Vázquez, casi más querido en el PP que en el PSOE. La agenda es amplia pero el tiempo, justo. Rajoy, que acudirá a las 22.00 horas a la final de la Copa del Rey, no dispone de mucho tiempo.