CAMPO DE GIBRALTAR

Un nuevo incidente pone sobre la mesa la disputa sobre las aguas que rodean el Peñón

La noche del miércoles se produjo un enfrentamiento entre patrulleras gibraltareñas y las de la Guardia Civil que protegían a los pescadores

ALGECIRAS. Actualizado: Guardar
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El conflicto pesquero entre Gibraltar y España ha arreciado tras el enfrentamiento, la noche del miércoles, entre patrulleras gibraltareñas que acosaron a pescadores españoles y las de la Guardia Civil que les protegían, y ha puesto de nuevo en evidencia el espinoso litigio sobre las aguas que rodean al Peñón.

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo ayer que España «no va a aceptar una política de hechos consumados» que suponga una «violación de la soberanía española», mientras que el Gobierno de Gibraltar condenó el incidente que considera «obviamente» un «desafío cuidadosamente premeditado» a su «indiscutible soberanía».

El enfrentamiento, que duró unas tres horas, se produjo cuando tres pesqueros de Algeciras se acercaron al punto del conflicto para echar, como hacen históricamente, sus redes.

Unas artes que son legales en España y en la Unión Europea, pero que en Gibraltar serían «ilegales» ya que están prohibidas por una ley de Medio Ambiente del 1991 que no se ha aplicado desde que en 1999 se alcanzara un acuerdo al respecto entre ambas partes.

Patrulleras de la Policía de Gibraltar y de la Armada británica acudieron en cuanto los pescadores encendieron la luz de sus embarcaciones para empezar a faenar, y comenzaron a dar vueltas a mucha velocidad alrededor del bote auxiliar de uno de los pesqueros, haciendo que se moviera de forma descontrolada y que algunos de los pescadores llegaran a sentir tanto miedo que incluso se pusieron el chaleco salvavidas y pensaron en tirarse al mar. «Vinieron a embestirnos», contó Andrés Jarauza, armador del pesquero La Joaquina.

Ellos ya habían advertido previamente a la Guardia Civil de que iban a salir y, por ello, acudieron a protegerles enseguida con varias embarcaciones y un helicóptero. Durante la refriega, una patrullera de Gibraltar llegó a colisionar levemente con una embarcación de la Guardia Civil.

El incidente se acabó cuando «en el último momento», y cuando los pescadores se habían atrevido a echar las redes, las patrullas gibraltareñas decidieron retirarse, al igual que los pescadores y la Guardia Civil.

Tras este nuevo encontronazo, el más grave desde que se desató el pasado marzo el conflicto pesquero, el Gobierno gibraltareño ha subido el tono y en un comunicado ha subrayado que lo que se produjo fue una «provocación orquestada».

«Fue obviamente un desafío cuidadosamente premeditado a nuestra indiscutible soberanía, jurisdicción y control» de las aguas y el espacio aéreo «territoriales británico-gibraltareñas», ha dicho.

Dejaba así nuevamente por sentado que Gibraltar considera bajo su dominio unas aguas que España asegura que son de su dominio porque no se cedieron en virtud del Tratado de Utrecht (1713).

En su comunicado, el Gobierno de Gibraltar señala también que aquellos que están «orquestando estos enfrentamientos peligrosos» deben asumir «de una vez por todas, el reto de llevar sus reivindicaciones sobre nuestro territorio a los tribunales internacionales pertinentes, establecidos para ese propósito en el siglo XXI y no poner en peligro la seguridad de la gente intentando avanzar en sus posiciones en el mar, como si fuera el siglo XVIII».

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, advirtió de que España «no va a aceptar una política de hechos consumados» que suponga una «violación de la soberanía española» en la negociación para resolver el asunto de la pesca.