Shigeru Miyamoto juega con su hijo predilecto, Super Mario. :: R. C.
Sociedad

Mario, el príncipe fontanero

Shigeru Miyamoto abre los premios Príncipe de Asturias al mundo del videojuego

OVIEDO. Actualizado: Guardar
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Convertir a un fontanero poco agraciado y de escasísima altura empeñado en salvar a una princesa en uno de los seres más populares de la galaxia, capaz de ensombrecer a cualquier personaje imaginario y hacerlo, además, como advierte el jurado del premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, sin recurrir a la violencia, ha convertido a Shigeru Miyamoto en el tercer galardonado del palmarés de este año. Autor de Super Mario, su obra cumbre e icono de toda la industria, consigue al participar del catálogo de premiados que el jurado eleve el universo del videojuego a un escenario cultural en el que no tenía espacio hasta ahora.

«Todos admitían que es un fenómeno de masas, que representa una potente industria, pero nadie hasta ahora se había dado cuenta de que es la comunicación del siglo XXI y debía de ser reconocido a nivel cultural». Son palabras de Iván Fernández Lobo, el asturiano que preside la Academia de las Artes y de las Ciencias Interactivas y dirige el Gamelab, que durante años se celebró en Laboral Ciudad de la Cultura. El asturiano está detrás de la candidatura de Miyamoto, junto con el director de juegos y diseñador de la exitosa serie 'Commandos', Gonzo Suárez (hijo del director de cine Gonzalo Suárez).

Los dos ayer estaban exhultantes. Llevan tres años intentando que la mano japonesa de Miyamoto se alzara con el premio de Comunicación y por fin convencieron al jurado de que este creador que, además de a Mario Bros ha dado vida a las brillantes sagas 'The Legend of Zelda' y 'Donkey Kong', «es uno de los causantes de una importante transformación de la sociedad». Uno de los artífices «de los sueños virtuales de millones de personas», creados para hacer interactuar a gentes «de todas las edades, generando nuevas formas de comunicación y de relación, capaces de traspasar fronteras ideológicas, étnicas y geográficas.». Y así lo reconoce el grupo de hombres y mujeres que ayer dio a conocer su fallo en la voz de Adela Cortina, su presidenta. En el acta que todos firmaron se habla de Miyamoto como autor principal «de la revolución del videojuego didáctico, formativo y constructivo».

Diseñador de personajes y juegos mundialmente conocidos, «se caracteriza», insiste el jurado, «por excluir de sus creaciones la violencia y por innovar con programas y formatos que ayudan a ejercitar la mente en sus múltiples facetas y resultan muy valiosos desde un punto de vista educativo», como es el caso del popular 'Brain Training'.

Miyamoto, tiene estrictamente prohibido responder sobre cuáles son sus aficiones -porque, según cuentan son una de las principales fuentes de inspiración que ha utilizado durante su carrera- y quienes le conocen aseguran que su capacidad imparable de jugar y su brillo en los ojos le hacen parecer muchísimo más joven. Algunos dicen que parece un niño. El nuevo premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, tercero de los ocho galardones que otorga la fundación, nació en un pequeño pueblo cerca de Kioto, donde en su infancia se perdía en cuevas, templos y bosques, una experiencia que recrearía en 'The Legend of Zelda'.

Cuentan que de joven temía que a su padre no le gustara su afición al universo virtual, pero lejos de eso fue su progenitor quien le llevó a Nintendo y le abrió las puertas de la industria gracias a un amigo. Su talento hizo el resto. Super Mario, el juego que hizo que la primera consola de la compañía, la NES de 8 bits, se vendiera como rosquillas, resucitó una industria que estuvo al borde del colapso con la quiebra de Atari.