Mariano Rajoy y François Hollande se estrechan la mano en la escalinata del palacio del Elíseo. :: FRED DUFOUR / AFP
ESPAÑA

Rajoy descarta acudir al fondo europeo de rescate para recapitalizar la banca

El máximo mandatario francés respalda su petición de inyecciones urgentes de liquidez a los países periféricos

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy descartó ayer en París, camino de la cumbre informal de la UE en Bruselas, solicitar ayuda al fondo europeo de rescate para recapitalizar a los bancos españoles en dificultades tras aclarar en persona el reciente malentendido sobre la cuestión con François Hollande. El presidente del Gobierno no solo limó asperezas por el primer roce político con su nuevo interlocutor en el palacio del Elíseo, sino que logró el apoyo del recién investido mandatario socialista a su demanda de una inyección urgente de liquidez adicional al sistema financiero de los países periféricos.

El estreno de las relaciones entre Hollande y Rajoy, primera reunión del nuevo presidente francés con un jefe de Gobierno, se saldó con un intercambio de apoyos a las posiciones respectivas sobre las formas de abordar la crisis. La parte francesa obtuvo el aval español a la adopción de medidas de relanzamiento económico en la zona euro y, a cambio, el presidente galo incorporó a su catálogo de prioridades, dominado por la reorientación de la política comunitaria hacia el crecimiento, la necesidad de que el Banco Central Europeo intervenga de manera urgente y directa en el mercado para garantizar la estabilidad financiera.

Al término de un almuerzo en el Elíseo, Rajoy afirmó que, «a fecha de hoy, el Gobierno no tiene ningún interés y no desea utilizar fondos de la Unión Europea ni de otro organismo o institución» para sanear la banca española. En defensa de la solvencia de las entidades financieras nacionales, el jefe del Ejecutivo esgrimió las evaluaciones independientes ya encargadas sobre el estado del sector, un ejercicio de transparencia de «primer orden». «Posiblemente, al final de este proceso, serán necesarias algunas sumas de dinero para recapitalizar algunos bancos, pero no creo que sean muy importantes», aventuró para remachar el «mensaje claro e inteligible» de que el sistema bancario español «no puede ser cuestionado porque no hay materia para cuestionarlo».

Respuesta 'hipotética'

Previamente, un portavoz de la Presidencia francesa había atribuido a una mala interpretación la opinión de Hollande, expresada el pasado fin de semana en Washigton, de que sería «deseable» que la banca española acudiera a recapitalizarse en los fondos europeos. Rajoy replicó que le extrañaba la recomendación del presidente francés «porque lógicamente no sabe cómo están los bancos españoles». La citada fuente gala aclaró que Hollande respondió de manera hipotética a una pregunta y no realizó ningún diagnóstico sobre la situación en España.

En la comparecencia conjunta, Rajoy observó sin entrar en detalles que hay instrumentos más rápidos que el fondo europeo para resolver problemas de financiación o liquidez de los bancos. Hollande se mostró partidario de que las entidades necesitadas de rescate puedan recibir préstamos «sin pasar por los estados». «Cuanto más fluido sea nuestro sistema financiero será más sólido y tendremos mejores condiciones para el crecimiento», planteó.

Invitados a reflexionar sobre las fórmulas contra la crisis, Rajoy apostó por despejar incertidumbres y Hollande lo hizo por agilizar los mecanismos de decisión comunitarios. «En este momento si algo necesita Europa es certidumbre. Tenemos que tener muy claro que el euro va a estar siempre y que no habrá ningún país que hará un impago», postuló el mandatario español. «No se puede vivir con estos diferenciales con otros países, así es muy complicado que las políticas de control del déficit surjan efecto», argumentó.

El presidente francés se pronunció a favor de que la Unión Europea actúe «más rápido y más fuerte» para responder a problemas como el paro o la actividad económica. Tras repetir que «no puede haber simplemente una dimensión presupuestaria», reiteró su propósito de añadir «un pacto de crecimiento y también un compromiso a medio plazo». «Los europeos deben saber adónde va Europa, debe haber una dirección política», esgrimió como método para acabar con las «desconfianzas» acerca de «nuestro porvenir común».