El cantante granadino inaugura mañana el ciclo 'Transformaciones, canciones que cambian el mundo'. :: LA VOZ
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«El rock cambió las costumbres de toda una generación»

El autor granadino recala mañana en Cádiz con la gira electro-acústica que repasa los temas más importantes de su discografía José Ignacio Lapido Cantante

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El granadino José Ignacio Lapido abre mañana el ciclo musical de la UCA 'Transformaciones, canciones que cambian el mundo'. Considerado por las principales figuras del país como un maestro, el rockero ha elegido a Cádiz como parada de su gira electro-acústico, un novedoso formato en el que, acompañado de su banda, recorre las canciones de sus siete discos en solitario -el último 'Sombras y sueños' (Pentatonia Records 2010)- y algunas relecturas de su legendaria etapa en 091.

-¿Cómo se le ocurre a un rockero la idea de hacer un espectáculo electro-acústico?

-Surgió después de hacer la gira de presentación de mi último disco, 'De sombras y sueños'. Nos planteamos qué hacer porque queríamos repetir en algunas ciudades pero no deseábamos hacerlo con el mismo espectáculo. Por eso decidimos cambiar los escenarios y el repertorio. En esta gira hago un repaso a toda mi discografía e incluyo algunas apartadas, que nunca canté en los directos por alguna u otra razón pero que merecen estar. Yo toco la guitarra y hay percusión. Buscábamos algo diferente, algo que nos motivara y al público también. De hecho, ha sido un reto, un reto y un estímulo.

-Cádiz es la octava parada de esta gira, ¿cómo cree que está funcionando?

-Bien, la respuesta del público ha sido muy positiva. Se sorprende de escuchar canciones antiguas con una nueva vestimenta. Al adoptar una tesitura más relajada se escuchan mucho mejor los matices, por eso hemos recuperado temas tranquilos como 'Pájaros' o 'Carrusel abandonado'.

-¿Qué prevalecen más en su vida, las sombras o los sueños?

-En mi vida personal no tengo quejas, ahí primarían los claros. Pero como escritor de canciones no solo me fijo en mí, sino en el mundo que me rodea. Y ahí es evidente que ganan las sombras por goleada, las nubes tapan los pocos rayos de sol que hay. Pero bueno, la música puede servir al menos como un pequeño rayo de sol.

-Como la mayoría de los compositores melódicos, ¿encuentra la inspiración más en el desamor o la soledad que en la alegría?

-Hay gente que opina que soy un autor pesimista y no es tanto así. Es verdad que siento cierto escepticismo vital, pero es tal y como yo veo las cosas. En el desamor, el olvido o el paso del tiempo encuentro más motivo para escribir que en lo bonito que está el día.

-¿Cómo lleva eso de que le llamen maestro?

-Con humildad, me lo grita el público y es algo que me sobrepasa. Si hay alguien que aprende algo con mi escritura pues muy bien, pero mi música no es didáctica, no es mi objetivo.

-Han contribuido a darle esa etiqueta algunos de los músicos más importante del país, que le valoran de forma muy positiva...

-En ese caso la admiración es mutua. Si he trabajado con alguno de ellos es porque comparten conmigo la forma de entender la música, los mismos gustos. Solo puedo tener palabra de agradecimiento hacia ellos.

-Para usted Miguel Ríos es...

-Un amigo y un maestro, él sí que lo es. Le corresponde generacionalmente y por su trabajo. Me siento muy orgulloso de que haya colaborado conmigo y de acompañarle en su gira de despedida.

-Dice que su objetivo en la música no es enseñar, ¿cuál es entonces?

-Más que una motivación es una necesidad expresiva. Cojo la guitarra o me siento al piano y tengo la necesidad de hilvanar letras y acordes. Mi suerte es que mi profesión es vocacional.

-La arruga en el rock, ¿sienta bien?

-El rock nació en los 50 con la vocación de servir a adolescentes y jóvenes. Como en todos los géneros, el ciclo vital es inevitable, el rock fue madurando y sus mensajes cambiaron. Hay artistas de aquella época que siguen en activo y eso no es nada malo porque es símbolo de respetabilidad. Es cierto que en el caso español es más difícil encontrar nombres de esa etapa en la actualidad.

-En el caso de que en algún momento tuviera una función, ¿cree que está a punto de desaparecer la utilidad del rock?

-Hoy por hoy es una isla de mil cabezas. No es un movimiento unificado, sino algo muy variado y dispar. En cualquier caso, creo que nunca ha tenido una ideología estructural, sino que ha servido para el cambio de costumbres de toda una generación.

-Este concierto se enmarca en un ciclo titulado 'Transformaciones, canciones que cambian el mundo', ¿podría destacar algún ejemplo?

-Soy muy escéptico, no creo que una canción tenga tanta capacidad para cambiar la estructura de poder dominante. Puede tener influencia en el cambio individual, pero no en el poder, que sigue siendo el mismo que hace cincuenta años pero disfrazado de otra manera. En cualquier caso, entre las mías no hay ninguna canción de ese tipo. No soy tan ambicioso como para pretenderlo, me conformo con que gusten mis temas y les sirvan a alguien para algo.