El castigo de ser niño
Unicef denuncia que bajo el umbral de la pobreza hay 2,2 millones de niños, uno de cada cuatro, y 205.000 más que hace dos años Los menores se sitúan por primera vez como el colectivo más pobre de España
MADRID. Actualizado: GuardarLas consecuencias de la crisis que azota España se está cobrando una víctima silenciosa, casi imperceptible para los políticos, en concreto, y para la sociedad en general. Unicef puso este lunes el grito en el cielo y dio un serio aviso sobre la situación crítica que están viviendo miles de familias, donde 714.000 hogares con niños tienen a todos sus adultos sin trabajo. En España, entre 2008 y 2010, atravesaron el umbral de la pobreza otros 205.000 niños.
En total, son 2,2 millones de menores de 18 años los que están en esta situación. Se reparten por todo el país, aunque esta dramática situación se ha cebado sobre todo con dos colectivos, en muchos casos unidos en uno solo: las familias inmigrantes y las parejas más jóvenes con niños pequeños. Son estos últimos, los que empezaron a formar una familia hace cerca de un lustro, los que se han visto más azotados por el paro. Unicef recalca en su 'Informe en España 2012-2013' que entre 2007 y 2010 han aumentado en un 120% los hogares donde no entra un sueldo a final de mes.
Los niños no son ajenos a la crisis que les rodea. «Se dan cuenta de las cosas porque ven que sus padres reducen los gastos, por ejemplo, de actividades extraescolares», indicó Paloma Escudero, presidenta de esta organización de la ONU en España. También recalcó que estas familias que se asoman al umbral de la pobreza o pobreza relativa (se toma como baremo a una pareja con dos niños menores de 14 años e ingresos inferiores a 16.436 euros) corta primero el ocio, para luego pasar la tijera por todos los aspectos posibles, incluida la alimentación. «Frente a esta situación, los niños están en una situación de debilidad, con un ambiente familiar en deterioro», apuntó Escudero. Además, el 37% de las familias es incapaz de afrontar unos gastos imprevistos.
Estos efectos de la paupérrima situación económica han provocado también que la pobreza infantil, establecida durante años alrededor del 24% de la población menor de edad, se haya incrementado en 2010 hasta el 26,5%, es decir, uno de cada cuatro. En cambio, el nuevo indicador de riesgo de pobreza o exclusión social de la Unión Europea (Arope, en sus siglas en inglés), y que combina tres estadísticas diferentes, es mucho más pesimista: sitúa en el 29,8% la cifra de niños españoles que podrían estar en riesgo de pobreza.
Unos porcentajes a los que nunca se había llegado en España en las últimas décadas, según Unicef, y que coloca a la infancia como el colectivo de edad más pobre de España por encima de los mayores de 65 años. «El punto de inflexión fue 2010», explicó Marta Arias, una de las autoras del estudio. El incremento de los niveles de pobreza infantil unido a la protección de las pensiones han provocado este cambio.
Más crisis
La coyuntura no solo ha conllevado que la población infantil sea pobre, sino que los que ya lo eran lo sean más. La persistencia y la intensidad de la crisis han provocado que aquellas familias encuadradas en la pobreza crónica, formada por aquellos que llevan tres de los cuatro últimos años bajo el umbral de la pobreza, ha aumentado en un 53 en los últimos tres años. El porcentaje de menores de 18 años que viven en hogares de los llamados de pobreza alta (familia con dos niños menores de 14 años con ingresos inferiores a 10.983 euros) fue en España del 13,7% en 2010 y han crecido más de cuatro puntos desde 2008. Es la cifra más alta de la antigua Europa de los 15; y en la de los 27, solo está superada por Rumania y Bulgaria.
Con este panorama, Unicef alertó a las autoridades de que si no se actúa de forma inmediata, se compromete el crecimiento y el bienestar de toda la sociedad a medio y largo plazo. «Los niños tienen que estar en el corazón de las decisiones políticas. Es justo y ético defenderlos porque es una apuesta de futuro», indicó Escudero.
El organismo de protección de Naciones Unidas para la infancia pide al Ejecutivo que proteja las inversiones para la lucha contra la pobreza, la salud, la educación y la protección; promover la cooperación de las diferentes administraciones y, sobre todo, elaborar un plan nacional contra la pobreza infantil, dando un nuevo enfoque a los sistemas generales de servicios, prestaciones, transferencias públicas, impuestos y desgravaciones fiscales a las familias.