SOS de España

Eduardo VIII invitaba a Fort Belvedere a los jefazos de la prensa y, entre whiskys, los persuadía para no publicar nada sobre Wallis Simpson. Les decía que solo era una amiga. La prensa inglesa guardaba el secreto (hasta una semana antes de la abdicación no salió nada). Ahora son menos cuidadosos señalando a los bancos españoles. «SOS de España», tituló el 'Telegraph'. Como si no tuviéramos bastante con el corralito, que no es una canción de Georgie Dann, sino una amenaza de Krugman. A pesar de la gravedad del momento, «la percepción de la realidad es peor que la realidad», dice De Guindos, que, al igual que Elena Salgado, se ha dado una vuelta mendicante por las redacciones. Lo mismo tendría más efecto que el Rey, nuestro mejor embajador, organizara una excursión de esos señores de la prensa a Marivent. Con unos whiskys, como Eduardo VIII. Aunque, con esa vena de 'hooligans' que se gastan, quizá tendría que llevárselos a Magaluf.