Cartas

Amanecer dorado

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La llegada de los neonazis al Parlamento griego tras las elecciones llevadas a cabo ha sido recibida con cierta ironía por la opinión pública por el aspecto francamente ridículo de sus representantes, con ese líder que parece una caricatura de fascista y sus matones de película barata que ordenan a los periodistas ponerse en pie para recibir «con respeto» a dicho líder.

Sin embargo, no se trata de una broma y es Europa precisamente el ejemplo de que este tipo de movimientos empiezan con líderes caricaturescos arengando a cuatro gatos en cervecerías, como Hitler, y acaban como acaban, con vagones de ganado llenos de gente. Y este tipo de cosas, que parecen de hace mucho tiempo, pasaron en Yugoslavia, sin ir más lejos, hace unos pocos años. El juicio de Mladic nos lo recuerda estos días.

Así que cuidado con el Amanecer Dorado, porque puede ser el amanecer de una pesadilla. Ya lo veremos.