Del Elíseo a la primera reunión con Obama en la Casa Blanca

El presidente francés François Hollande pone rumbo a Estados Unidos para su gran bautizo de fuego internacional con una visita hoy a la Casa Blanca y las cumbres del G8 en Camp David y la de la OTAN en Chicago. El hecho de que Obama lo reciba antes de la cumbre del G8 es visto como un gesto de atención por parte del presidente estadounidense, que contrasta con la indiferencia con la que fue tratado Hollande siendo candidato por parte de los gobernantes más poderosos del mundo, partidarios más o menos de Sarkozy.

Para Obama, esta primera «toma de contacto» será sobre todo la ocasión de tomarle el pulso a su nuevo socio en los temas difíciles que serán tratados tanto en el G8 como en la OTAN. En primer lugar se encuentra Afganistán. Hollande prometió durante su campaña presidencial que los 3.500 soldados franceses desplegados abandonarán el país antes de finales de 2012, con dos años de adelanto sobre el calendario fijado por la OTAN. En cuestiones económicas, los dos presidentes parecen cercanos. Obama se felicitó por la voluntad de Hollande de volver a colocar el crecimiento en el corazón de las prioridades europeas.