Los bancos tiñen de rojo la Bolsa y la prima llega a un nuevo máximo
El Tesoro mantiene el tipo al colocar 2.490 millones, pero las dudas sobre España y Grecia le obligan a elevar los tipos de interés
MADRID. Actualizado: GuardarNueva jornada teñida de rojo en la Bolsa española, y ya van cinco consecutivas. Las dudas sobre el propio país, su banca y sus comunidades autónomas, unidas a la incertidumbre respecto al futuro de Grecia, sirvieron ayer para desatar una fuerte corriente vendedora, que dejó el Ibex en los 6.537 puntos, tras romper el suelo de los 6.600 por primera vez en nueve años.
El selectivo se dejó un 1,11%, arrastrado por las entidades financieras, que penaron en carne propia el 'efecto Bankia', mientras la prima de riesgo marcaba un nuevo máximo al cierre de mercado desde la entrada en el euro, con 490,6 puntos básicos. El indicador, que mide la confianza en el país y que la víspera superó por momentos los 500 puntos, se sigue moviendo en el filo del abismo; en la misma línea que en otras ocasiones desató la intervención desde Bruselas.
De nada sirvió una relativamente buena colocación de deuda por parte del Tesoro, que, sin embargo, tuvo que pagar bastante más para distribuir 2.490 millones de euros en bonos a medio plazo. La operación apenas movió a los inversores, que sí corrieron después a deshacer posiciones al calor del 'incendio' que sufrían los títulos de Bankia.
La expectación era máxima, pero el organismo dependiente del Ministerio de Economía respiró tranquilo al comunicar que la demanda de papel español había superado los 7.300 millones. Y es que el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, había confesado horas antes que, de no cambiar las tornas, España podría verse obligada a tener que pagar precios «astronómicos» para financiarse. El Tesoro colocó tres tipos de bonos entre tres y cuatro años de plazo, pero se vio obligado a elevar la rentabilidad entre un 20% y un 50%.
La tensión sí fue más palpable en el mercado secundario de deuda, aquel en el que los intercambios se realizan entre particulares. Y es que el bono a diez años (que sirve de referencia para fijar la prima de riesgo, en función de la diferencia entre su tipo de interés y el de su homólogo alemán) terminó el día en un 6,32%. Los más agoreros recuerdan el escaso margen que queda hasta el 7%, la cifra maldita a partir de la que se pusieron en marcha los rescates de Grecia o Portugal. En este escenario, no ayuda absolutamente nada el que Alemania, convertida casi en el único refugio de los inversores, esté disfrutando de un interés para su 'bund' a diez años de tan solo un 1,41%, un nuevo mínimo histórico y la mitad de lo que registraba hace un año.
Reacción en cadena
Bankia, que llegó a perder un 29%, fue el triste protagonista de la jornada bursátil. El banco no levanta cabeza, entre rumores sobre una eventual fuga de depósitos, negada desde el Gobierno por el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre. Al cierre, la entidad cayó un 14%. La incertidumbre sobre el futuro de la nave ahora capitaneada por José Ignacio Goirigolzarri, y los problemas que se dibujan sobre la banca griega, que sí está sufriendo problemas de liquidez y una masiva escapada de los ahorradores, lastraron a todo el sector.
Banco Popular se dejó un 4,61 %; Bankinter, un 4,43 %; Caixabank, un 3,08 %; BBVA, un 2,79 %; Banco Sabadell, un 2,58 % y Banco Santander retrocedió un 1,66 %. Por si fuera poca la presión, poco antes del cierre llegó la amenaza de una inminente rebaja masiva del 'rating' de la banca española por parte de Moody's, que sirvió para echar gasolina al fuego. La calificadora ya rebajó de uno a cuatro escalones la nota de 26 bancos italianos por su vulnerabilidad ante las dificultades que atraviesa la zona euro.
IAG (la alianza de Iberia y British), en la que Bankia es el primer accionista, fue otra de las damnificadas, al perder un 7,7%. En el resto de Europa, todas las plazas registraron caídas próximas al 1,5%, con la divisa común también en claro retroceso respecto al dólar.