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Bankia se asoma al abismo
El Gobierno garantiza los depósitos y la entidad llama a sus clientes a la tranquilidadGoirigolzarri asegura que el banco es «solvente y sólido» y que se afianzará en los nuevos planes de viabilidad
MADRID. Actualizado: Guardar«Quiero mi dinero». La retirada incontrolable de fondos es lo peor que le puede ocurrir a un banco. El rumor de la salida de 1.000 millones de depósitos de Bankia en pocos días, desmentido por la entidad y por el Gobierno, disparó las ventas de títulos en Bolsa e hizo que la institución se asomara por momentos al abismo. Tampoco ayudó la expectativa de una rebaja generalizada de la solvencia de los bancos españoles por parte de la agencia de calificación Moody´s.
En medio de creciente nerviosismo, las acciones de la entidad que ahora lidera José Ignacio Goirigolzarri llegaron a perder hasta un 29% de su valor en algunos momentos de la sesión bursátil de este jueves, pero la Comisión Nacional del Mercado de Valores mantuvo abierta la negociación para no privar a los accionistas -Bankia tiene censados 400.000- del acceso a la liquidez. La acción cerró a 1,422 euros, lo que supone un retroceso en el día del 14,08%. Los inversores intercambiaron durante la jornada unos 15 millones de títulos por importe superior a los 21 millones. La entidad bancaria arrastró en su caída a la aerolínea IAG, de la que posee un 12%, y el 'holding' formado por Iberia y British sufrió un desplome del 7,77%.
Desde la salida a Bolsa a 3,75 euros por acción, a mediados del pasado julio, el grupo bancario creado por Caja Madrid, Bancaja y otras cinco entidades ha perdido el 62% de su valor. Y desde que el 9 de mayo se produjo la toma de control por parte del Estado de la totalidad del capital de su matriz, Bankia ha cedido 1.412 millones de valor en Bolsa, lo que sitúa su capitalización actual en 2.835 millones, por debajo de entidades financieras de menor dimensión. Basta comparar esa cifra con los 4.465 millones que la entidad recibió en préstamo del FROB, ahora convertidos en capital público, para hacerse idea de la debacle.
Desde fondos de inversión a particulares se han desprendido de sus títulos. También se sumaron los inversores bajistas, que volvieron a los mercados tras levantarse el veto a esta operatoria el pasado 16 de febrero. Frente a estas magnitudes, de poco valen las adquisiciones con destino a autocartera. Desde el 7 de mayo, cuando Rodrigo Rato dimitió de la presidencia y propuso a José Ignacio Goirigolzarri para relevarle, Bankia ha invertido 33,24 millones de euros en acciones propias.
El Gobierno y la entidad bancaria se lanzaron en tromba a desmentir una fuga de depósitos. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, aprovechó una comparecencia ante la prensa para negar la salida de fondos y asegurar que el nuevo proyecto reúne todos los requisitos para ser un éxito de futuro, al disponer de «un tamaño y un potencial extraordinario», y estar dirigido por un equipo de gran experiencia. Cuando los nuevos gestores presenten, en los próximos días, los planes de viabilidad, los depositantes podrán estar cada vez más seguros, afirmó, tras recordar que el Estado prestará el dinero preciso para los saneamientos.
Mensaje de tranquilidad
El banco salió al paso de los rumores que podrían alentar una potencial desbandada. Goirigolzarri apeló a clientes y depositantes para convencerles de que «no han de tener motivo de preocupación», al tiempo que les invitó a permanecer «muy confiados, y muy seguros», por ser Bankia una entidad «tremendamente sólida». Con la acción al rojo vivo, el presidente de Bankia aseguró que la actividad del grupo ha seguido siendo «básicamente normal» dentro de los parámetros habituales en la red de oficinas.
La entidad explicó, en una comunicación dirigida al mercado, que la evolución de los depósitos en la primera quincena de mayo está siendo la propia de la estación,y añadió que los indicadores de evolución del balance no llevan a pensar que se puedan producir cambios sustanciales en los próximos días. Como respaldo a sus afirmaciones, el banco remitió a los compromidos adquiridos por el Gobierno.
El Ministerio de Economía ya dijo el pasado 9 de mayo que «ningún acreedor de la entidad, incluidos los depositantes, se verá perjudicado» por el cambio en el accionariado de la compañía, evocó. En apoyo de Bankia se movilizaron los empleados. La Asociación de Cuadros y Profesionales (ACCAM) invitó a sus compañeros y al público en general a respaldar a la entidad para contribuir a garantizar su futuro. Bajo el lema «Yo compro Bankia .¿Y tú? ¿Nos unimos?», los profesionales lanzaron su mensaje de confianza.
Pero los políticos no parecen estar por esa unidad. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, afirmó que las dificultades de Caja Madrid proceden la integración con otras cajas. Según ella, esa fusión «fue un matrimonio a punta de pistola». «Caja Madrid era la cuarta financiera del país y tenía, como todos al comienzo de la crisis, algunas inversiones problemáticas, pero se fusionó con otras seis cajas y ahí es de donde ha venido el problema», declaró la presidenta ante el pleno de la Asamblea madrileña.
El equipo que lidera Goirigolzarri en Bankia, -del que ya no forman parte, según han informado fuentes financieras, el hasta ahora director financiero y de riesgos del grupo, Ildefonso Sánchez-Barcoj, y el director general adjunto de auditoría interna, Miguel Ángel Soria, que han presentado su dimisión- le aguardan difíciles retos en muy corto plazo. Junto a las prioridades de contener la sangría de la bolsa, y evitar la fuga de clientes, el calendario de reformas es igualmente apremiante.