Grecia, hacia el caos

Los partidos políticos griegos han perdido una ocasión de oro: la de formar un gobierno nacional de amplio espectro para un par de años con el solo objeto de evitar la quiebra del Estado y una crisis de envergadura histórica. A eso se enfrenta, en definitiva, el país, la penosa consecuencia directa de la desastrosa gestión de sucesivos gobiernos de todos los colores. Vista la imposibilidad de encontrar una mayoría parlamentaria estable, pragmática y aceptable para los socios de la europeos, el presidente Papulias anunció que habrá nuevas elecciones a mediados de junio y hasta entonces un gobierno de trámite cuya única misión es convocar la elección. Incluso si, como sugieren las encuestas, la nueva Coalición de Izquierda Radical de Alexis Tsipras avanza y puede, con ayudas, formar gobierno, la situación seguirá siendo agónica. Este partido es por completo hostil al plan de consolidación entregado por la UE y podría optar por la opción que gana puntos ahora: la salida ordenada del euro, un eufemismo que encubre una situación de ruina ganada a pulso por una clase política irresponsable y un público complaciente.