En el centro, el presidente griego, Carolos Papilias, durante su reunión de ayer con los principales representantes políticos para intentar formar un Gobierno de tecnócratas. :: EFE
MUNDO

Grecia repite las elecciones mientras se hunde

Fracasa la formación de Gobierno y votará en junio al borde de la quiebra con el riesgo de reeditar otro Parlamento fragmentado

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Grecia se hunde en el caos, con dinero para apenas otro mes, y ayer dio otro paso en la oscuridad hacia el abismo. Tras ocho días de negociaciones infructuosas para formar Gobierno en un Parlamento fragmentado, polarizado y belicoso, repetirá las elecciones del 6 de mayo dentro de un mes, el 10 o el 17 de junio. Es un paso a ciegas, pues el riesgo es no solucionar nada y que el resultado sea parecido, o peor, pues la situación será aún más agónica. Es probable que las urnas tampoco den la mayoría a un partido, así que o bien los políticos griegos se dedican a repetir elecciones todo el año o logran un pacto. Esto mientras el mismo junio el nuevo Gobierno debería aprobar más recortes por 11.500 millones si quiere que le lleguen 4.000 millones de ayuda imprescindibles para respirar.

La diferencia es que los sondeos apuntan que dentro de un mes los griegos no se amedrentarán y radicalizarán aún más su voto. El nuevo Ejecutivo quizá sea ya marcadamente contrario a cumplir los planes de austeridad pactados a cambio de ayuda económica con la 'troika' -UE, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)-. Lo que significaría la salida del euro y la quiebra, con efectos imprevisibles en Europa, empezando por países frágiles en este momento como España e Italia.

En resumen, Grecia quizá tenga en junio el primer Gobierno de 'indignados' del mundo. Es un laboratorio político de choque en el rompeolas de la crisis. Se está abriendo ante Europa un camino, un túnel, que no se sabe dónde lleva. Al margen del colapso financiero, se está fraguando una radicalización ideológica y un vuelco político inéditos, pues la mayoría de los griegos, en su desesperación tras dos años de asfixia económica, han votado impulsivamente casi contra el sistema. Ya no quieren saber nada de rigor y austeridad, ni del FMI ni de lo que dice Angela Merkel.

Inflexibles

La UE y Alemania han sido inflexibles esta última semana y no han lanzado ningún cable a Atenas, donde los dos grandes partidos tradicionales, el conservador Nueva Democracia (ND) y el socialista Pasok, firmantes de los acuerdos de austeridad y únicos comprometidos a cumplirlos, lo pagaban con un derrumbe en las urnas y sufrían para inventarse un Gobierno de emergencia. Pero ni juntos, pese a odiarse, lograban la mayoría. ND de Antonis Samaras ha sido el partido más votado, con un 18,8% y Pasok, liderado por Evangelos Venizelos, el tercero, con un humillante 13,1%, algo impensable hace nada para dos formaciones que han monopolizado cuarenta años de democracia, sumando ambas el 80% de los votos.

Han sido arrinconadas por el torbellino rabioso de cinco formaciones de extrema izquierda y derecha, incluido los neonazis de Amanecer Dorado, reflejo de la ira social. Y ninguna ha querido acercarse a los dos partidos que los griegos ven como traidores, vendidos al capitalismo internacional y responsables del desastre. Ni siquiera ND y Pasok planteaban ya cumplir tal cual los acuerdos de austeridad y aspiraban a negociar, al menos, una prórroga de los plazos. Pero ni la UE ni Alemania les han dado aire para tener algo que ofrecer a los revoltosos. O todo o nada. A lo mejor esperaban que en Atenas entraran en razón, pero eso es no conocer a los griegos y sobre todo no saber la tragedia social que están viviendo.

El próximo capítulo del culebrón será más dramático. Los sondeos indican que la coalición de extremaizquierda Syriza, revelación en las urnas al dispararse como segunda fuerza más votada con un 16,7% de los sufragios, llegará a ser la primera, con un 23% o más. Por eso no veía la hora de repetir los comicios. Liderada por Alexis Tsipras, un ingeniero de 37 años alérgico a la corbata, ha sido la clave de esta semana de negociaciones, pues se ha negado a entrar en cualquier coalición que, por lo pronto, no rompiera los acuerdos con la 'troika'. Considera que seguir ese guion impuesto desde el exterior es un «crimen» contra el pueblo del que no quiere ser cómplice. Su programa es al revés: nacionalizar bancos, subir pensiones, contratar más funcionarios y aumentar los impuestos a los ricos.

Si vence, para lograr la mayoría podría pactar con cualquiera de las otras fuerzas hostiles a la 'troika', como Izquierda Democrática, de Fotis Kouvelis, con un 6,1%, eso si no la vampiriza en la 'segunda vuelta' con el voto útil. En la bronca suicida permanente de la política griega, también ellos han tenido estos días su particul'ar guerra. Será entonces, con Tsipras y compañía, con quien deberán entenderse Bruselas y Merkel, si es que les interesa evitar que Grecia salga del euro. Ahora sostienen que decidirlo es solo cosa de los griegos.