Las elecciones en Grecia agravan la presión sobre la prima de riesgo
Los inversores penalizan de nuevo a la banca, por la desconfianza en el valor reflejado en sus balances
MADRID. Actualizado: GuardarGrecia no logró componer una mayoría de Gobierno y el anuncio de nuevas elecciones a mediados de junio llevó el nerviosismo a los inversores. La incertidumbre se va a prolongar durante semanas, si es que Atenas dispone de recursos para hacer frente a los pagos pendientes, y España permanece en primera línea de fuego. La prima de riesgo de España escaló al cierre de la Bolsa los 487 puntos básicos, una decena más que ayer y máximo histórico por segundo día consecutivo. Queda cada vez más distante la referencia anterior cuando, el 22 de noviembre de 2011 -recién llegado Mariano Rajoy al poder-, se situó en 468 unidades.
No obstante, los compradores de obligaciones españolas a diez años exigen ahora una rentabilidad del 6,35%, unas seis décimas menos de la que llegaron a demandar hace seis meses, pero desde entonces el tipo de interés del bono alemán del mismo plazo, que es la referencia comparable, ha descendido notablemente y se encuentra ahora en el 1,47%, próximo a mínimos históricos. Las tensiones en el mercado secundario de deuda complican la colocación por parte del Tesoro español de bonos a tres y cuatro años el próximo jueves.
Las Bolsas europeas no llegaron a consolidar las ganancias de primera hora de la mañana, que reflejaban el mejor comportamiento de la economía alemana, el motor de la zona euro. Al cierre, otra vez los parqués italiano y español figuraban entre los más perjudicados, al acentuarse la desconfianza en los títulos bancarios. El principal indicador de Milán cedió el 2,56%, después de que la agencia Moody´s rebajara el lunes hasta cuatro tramos la nota de 26 entidades financieras italianas, entre ellas las de mayor tamaño por su «vulnerabilidad ante las dificultades que atraviesa la zona euro». Unicredit, Intesa-San Paolo cayeron más del 5%.
El índice Ibex 35 de la Bolsa de Madrid perdió este martes el 1,6% y concluyó la sesión en 6.700,7 puntos. Las noticias procedentes de Grecia provocaron un brusco descenso del 2%, pero un ligero rebote hizo posible preservar un día más el nivel de los 6.700, similar al que el indicador registraba en septiembre de 2003. Pero en aquel tiempo el parqué se encontraba en plena fase ascendente, al disiparse el temor a que las consecuencias de la invasión de Irak afectaran severamente al crecimiento mundial.
El mayor desplome lo sufrió la aerolínea IAG, con una pérdida del 6,35%. Participada por Bankia a través de Iberia, el mercado considera la posibilidad de que su venta esté incluida en el plan de saneamiento del banco recién nacionalizado.
Auditorías independientes
Los inversores no acaban de digerir ni la exigencia de nuevas provisiones ni que con esos requerimientos persistan las dudas sobre la situación del sector y haya que esperar a la realización de auditorías independientes sobre la valoración de todos sus balances. Ahora se habla de que esa evaluación llevará al menos dos meses. El castigo discriminó poco. Entre los grandes, Santander perdió el 2,54%, BBVA cedió el 2,46%, CaixaBank retrocedió el 2,72% y Bankia sumó una pérdida adicional del 1,27%. Esta última entidad ha visto esfumarse la mitad de la capitalización bursátil alcanzada en su salida a Bolsa.
El recrudecimiento de la tormenta griega sacudió igualmente a Atenas, que cedió un 3,62% en reacción al fracaso de las negociaciones para formar gobierno. Las pérdidas habían llegado a alcanzar un 5%, pero el índice Athex logró recuperarse ligeramente. El sector bancario retrocedió una media del 4,9%.
Los números rojos de otros parqués europeos fueron más moderados. El FTSE-100 de Londres perdió el 0,51%; en París, el CAC 40 se dejó el 0,61% mientras el índice DAX del mercado de valores de Fráncfor cayó el 0,79% y ya se encuentra en 6.401 puntos, su nivel más bajo desde el pasado enero.