Economia

La prima de riesgo se dispara mientras se desploma la Bolsa

El diferencial con el bono alemán escala los 478 puntos básicos, mientras el Ibex-35 retrocede al nivel de octubre de 2003

MADRID. Actualizado: Guardar
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El pánico se apoderó de nuevo de los inversores en un lunes negro en el que a las pésimas noticias sobre Grecia se sumaron los cálculos sobre el negativo impacto que sobre las cuentas de las entidades financieras cotizadas españolas tendrán las nuevas exigencias del Gobierno. En el mercado de valores, el Ibex-35 marcó mínimos del año y en el secundario de deuda, la prima de riesgo de España escaló un nuevo máximo histórico, al quedar al cierre de las Bolsas en 478 puntos básicos.

Entre los parqués europeos, el que salió peor parado fue el de Atenas, que perdió el 4,56% para cerrar a 584,04 puntos, un mínimo en 20 años. Madrid y Milán, que llegaron a perder más del 3% durante la jornada, terminaron la sesión con descensos del 2,66% y el 2,74%, respectivamente. París cerró con un retroceso del 2,29%, Londres cedió el 1,97% y Francfort el 1,94%.

En la Bolsa española, el Ibex-35 se situó en el menor registro anual al cerrar en 6.809 puntos, el nivel que tenía este indicador en octubre de 2003. Las pérdidas acumuladas en el año ya superan el 20%. Aunque todos los grandes valores bajaron, destacó el desplome de los títulos bancarios: la nacionalizada Bankia se desplomó un 8,93%, BBVA retrocedió el 3,72% y Banco Santander perdió el 3,04%.

Pese a la pequeña dimensión de la economía helena, la posibilidad de que suspenda pagos y cause estragos en la ya minada confianza sobre la continuidad de la zona euro provocó fuertes tensiones en la deuda de los países más vulnerables. La dimensión de la crisis bancaria y la sucesión de reformas contribuyeron a que aumentara la presión, y la prima de riesgo de España se estableció al cierre de las Bolsas en un máximo histórico de 478 puntos.

A este fortísimo desfase contribuyó la escalada del tipo de interés de las obligaciones españolas a diez años por encima del 6,22% y también el descenso de la rentabilidad del bono alemán del mismo plazo hasta el 1,44%, el más bajo de su historia. Francia cerró en los 137 puntos básicos, mientras que la prima de riesgo italiana se elevó hasta las 424 unidades.

Los compradores encuentran atractiva la deuda española solo si la retribución es elevada, mientras se muestran dispuestos a cobrar cada vez menos por los títulos germanos. En una unidad monetaria, esa asimetría es insostenible, a juicio de los expertos. Al cierre de las Bolsas, el euro también se depreciaba ante la divisa estadounidense, hasta caer a 1,2841 dólares por unidad.

Miedo a la quiebra

Transcurrida una semana larga tras las elecciones legislativas, la incierta situación en Grecia, epicentro de la crisis de la deuda, corre el riesgo de desembocar en la convocatoria de nuevos comicios en junio, lo que aumenta los temores de una salida de la Eurozona. «Los mercados europeos se desplomaron arrastrados por temores crecientes de que una salida de Grecia pueda marcar el inicio de una fractura del euro», comentó Michael Hewson, analista de CMC Markets, a la agencia AFP.

A la penalización en Bolsa que sufren las entidades de crédito se añaden las tensiones que padecen en los mercados mayoristas del dinero. Por falta de liquidez o por prevención, la banca española pidió al Banco Central Europeo durante el pasado mes de abril un importe de 263.535 millones de euros. La apelación de las instituciones españolas no solo creció el 16% en ese mes, sino que fue la más elevada de todos los países, seguida de la banca italiana, con demanda de 258.167 millones de euros. Como en ocasiones anteriores, buena parte de este dinero se colocó en el propio instituto emisor. Descontados los 53.400 millones de estos depósitos, la apelación neta de bancos y cajas españoles ascendió a 210.000 millones, un 51% más que en marzo.

En España, el Tesoro celebró subasta de letras a 12 y 18 meses. Es el producto financiero más atractivo, y el menos penalizado por el riesgo país, dado su vencimiento de corto plazo. También en esta ocasión, la demanda duplicó la oferta, y no hubo dificultades para proceder a una colocación de 2.903 millones. Pero en los títulos a un año, los inversores exigieron una rentabilidad del 3,09%, superior al 2,74% que se pagó en la última puja. La escalada prosigue porque ya la ocasión anterior se había duplicado la retribución. En las letras a 18 meses la demanda triplicó con holgura la oferta -2.296 millones para una colocación que se quedó en 711,4 millones de euros-, mientras el tipo de interés escaló el 3,40%, frente al 3,20% de la subasta precedente.