Río+20, prohibido fallar
La ciudad brasileña albergará entre el 20 y el 22 de junio la cuarta conferencia de la ONU sobre desarrollo sostenible La cumbre busca un modelo de crecimiento basado en la economía verde
MADRID. Actualizado: GuardarLa salud del planeta y un futuro en el que el desarrollo sea compatible con el respeto del medio ambiente tienen una cita ineludible entre el 20 y el 22 de junio. Durante esos tres días, la ciudad brasileña de Río de Janeiro albergará la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, un encuentro más conocido como Río+20.
Esta cumbre, a la que asistirá un centenar de jefes de Estado, se presenta como un nuevo intento de la ONU «para avanzar sobre el compromiso de los Estados y la comunidad mundial en los grandes cambios de este siglo XXI» y «sentar las bases un mundo de prosperidad, paz y sostenibilidad». Y para conseguirlo se apela a evitar que «la toma de conciencia se traduzca en un repliegue separatista o identitario, que aliente a oponer los intereses nacionales de unos y otros».
Río+20 será la cuarta Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible y tendrá lugar veinte años después de la primera cumbre histórica de Río de Janeiro (celebrada en 1992) y diez años después de la de Johannesburgo de 2002.
A escala nacional, España estará representada por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy. El Gobierno, por boca del ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha destacado su interés y importancia de lograr un acuerdo común y general en esta cita.
Y entre las propuestas que presentará Rajoy al resto de mandatarios ocupará un lugar preferente el garantizar la participación activa de la sociedad civil como condición imprescindible para lograr objetivos ambiciosos. Los gobiernos, sostendrá el presidente español, no lograrán nada por sí solos sin implicar activamente a la ciudadanía.
En Río se defenderá, según el Ministerio, «una economía verde que combine la creación de empleo y riqueza con el desarrollo sostenible». «La conferencia puede marcar el inicio de una transición más rápida y profunda hacia una economía ecológica en todo el mundo que genere crecimiento, cree empleo y erradique la pobreza, conservando el capital natural del que depende la supervivencia a largo plazo del planeta», añade el gabinete.
Sobre los resultados de la cumbre la opinión generalizada no invita al optimismo y son muchos los que temen que la falta de entendimiento entre los países derive en un acuerdo vacío. Y es que el fracaso de Copenhague sigue muy presente entre las organizaciones ecologistas, que alertan sobre «la peligrosa influencia empresarial en las negociaciones» de la conferencia. «Por lo que vemos en las negociaciones preparatorias, la conferencia va muy mal encaminada. El Borrador Cero de la Declaración de Río+20 destaca el papel de las empresas como promotoras de la mal llamada 'economía verde' y se apuesta por falsas soluciones basadas en los mecanismos de mercado que benefician principalmente a las mismas corporaciones que han causado la actual crisis financiera-económica, climática y alimentaria», alerta, entre otras organizaciones, Ecologistas en Acción.
Uno de los mayores logros sería, según esta ONG, que «Río+20 sirviera para poner punto final al control empresarial de Naciones Unidas y las asociaciones dudosas entre la ONU y las empresas».
Europa damnificada
Otro de los principales temores es que la actual situación de crisis financiera internacional, con Europa como principal damnificada, sirva como excusa para no avanzar en el desarrollo sostenible. La falta de fondos puede tener en el medio ambiente a una de sus principales víctimas.
El éxito de Río+20 se medirá en la medida en que los participantes logren plasmar un documento que siente las bases de la economía verde, el acceso universal a la energía limpia o los criterios para que las agendas internacionales de medio ambiente y desarrollo caminen de la mano, entre otros.
La ONU insiste en que «es importante no ver a la cumbre, tal como sucedió en Copenhague, como un momento decisivo para la humanidad, una suerte de todo o nada donde el futuro del planeta se juega en el lapso de unos pocos días». Sin embargo, son mayoría las personas que piensan que la salud del planeta no puede desaprovechar más oportunidades. Esta vez, los Gobiernos no pueden fallar.