Rajoy acusa el desgaste por los ajustes pero Rubalcaba aún no despega
Los populares caen cuatro puntos en intención de voto desde el 20-N aunque conservan una ventaja de 11 puntos sobre el PSOE
MADRID. Actualizado: GuardarLa imagen del Gobierno de Mariano Rajoy se deteriora pese a que solo está en los albores de su gestión. El último barómetro del CIS indica que el PP ha perdido cuatro puntos de respaldo electoral desde que el pasado 20 de noviembre ganó las elecciones generales por una abrumadura mayoría absoluta. El PSOE, sin embargo, no logra rentabilizar el desgaste. Apenas ha subido un punto en intención de voto respecto al calamitoso resultado cosechado en las urnas hace cinco meses. El sondeo estima que la brecha entre uno y otro es aún de 11 puntos.
Los datos corresponden a la segunda semana de abril, cuando tanto la reforma laboral como la subida del IRPF ya habían entrado en vigor y el Gobierno había anunciado sin especificar un recorte de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación. No se sabía todavía, en cambio, que se ampliaría el copago farmacéutico y se obligaría a los pensionistas a asumir parte del coste de sus medicinas o que subirían las tasas universitarias. Y tampoco que habrá incremento del IVA en 2013.
Aun así, el sondeo refleja que la gestión de la crisis empezó pronto a pasar factura a Rajoy, que, no obstante, dispone de un sólido colchón electoral. Más del 50% de quienes se identifican como votantes del PP en los últimos comicios califican de buena o muy buena la gestión del gobierno y solo un 8,6% la tilda de mala o muy mala. En todo caso, la nota que recibe el jefe del Ejecutivo por parte de los ciudadanos es baja, solo un 3,84, lo que le sitúa en el sexto puesto del ránking, cuando en el barómetro de enero ocupaba el segundo lugar, solo por detrás de la líder de UPyD, Rosa Díez.
Ese segundo lugar es ahora para Alfredo Pérez Rubalcaba que, como el resto de dirigentes políticos, suspende. Él lo hace con un 4,11, pero la propia Díez tampoco llega al 4,5. El dato podría significar que el secretario general del PSOE resiste mejor que su adversario, pero tampoco tiene demasiados motivos para lanzar las campanas al vuelo. Apenas el 21% de sus votantes considera que la labor de oposición está siendo buena o muy buena; prácticamente, los mismos que creen que es mala o muy mala.
Rubalcaba también ha perdido tirón entre los suyos desde el pasado enero. El estudio del CIS de abril refleja que apenas inspira mucha o bastante confianza a la mitad de quienes lo votaron el 20-N, un 51,6%. A primeros de año, su crédito era mayor y se acercaba al 60%. Pero lo que es evidente es que el líder de la oposición sale beneficiado por comparación: el castigo para Rajoy es aún más elevado. En enero, el 82% de quienes votaron al PP en las generales decían confiar mucho o bastante en él. Ahora, es 12 puntos inferior, el 70%.
Los socialistas se apresuraron a asegurar que el sondeo, realizado después de las elecciones andaluzas y asturianas en las que el PSOE salió mejor parado de lo previsto, confirma el comienzo de su «recuperación». El PP, en cambio, destacó que, pese a los momentos «difíciles», sigue manteniendo un porcentaje de apoyo electoral superior al 40%. Y eso, destacó su portavoz parlamentario, Alfonso Alonso, en un momento en el que los ciudadanos solo pueden apreciar los inconvenientes y aún no los beneficios de las iniciativas puestas en marcha desde el Ejecutivo.
Mensajes políticos
Ese análisis tiene un reflejo claro cuando se pregunta a los ciudadanos cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España, cuál el segundo y cuál el tercero. Como desde hace ya unos años, el paro está a mucha distancia del resto, lo mencionan el 81,7% de los encuestados, pero hay otros que, sin despuntar en exceso, van al alza. Cada vez se cita más la Sanidad; ha pasado, desde enero, del 8,1 al 8,6%; la Educación, del 5,6% al 7,6%, y, por primera vez, el 3,3% menciona «los recortes». Un síntoma de que el mensaje político de la oposición empieza a calar lentamente.
El Gobierno tiene en contra además que el pesimismo de los españoles respecto a la situación económica va en aumento, es decir, que la fe en que las reformas puedan dar frutos brilla por su ausencia. Desde principios de 2012 ha crecido considerablemente, casi siete puntos y medio, el porcentaje de ciudadanos que considera que dentro de un año las cosas van a estar aún peor, ahora es del 37,1%. Sin embargo, entre quienes se dicen votantes del PP el percal es bien distinto pues casi cuatro de cada diez piensa que el panorama mejorará. Rajoy todavía tiene un mullido suelo electoral para transitar la crisis.