El líder de IU de Andalucía, Diego Valderas (izda.), saluda a Griñán tras su toma de posesión. :: VIDAL / EFE
ESPAÑA

Montoro y Griñán se prometen lealtad mutua

El Gobierno y la Junta de Andalucía rebajan el tono de sus discrepancias

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Después de semanas de rifirrafes por la situación real de las cuentas andaluzas, los recortes presupuestarios para cumplir las previsiones de déficit público y las amenazas con recursos al Constitucional contra las medidas de ajuste, Andalucía y el Gobierno central empuñaron ayer la bandera blanca para, al menos durante la toma de posesión del nuevo presidente autonómico, prometerse mayor lealtad institucional mutua y colaboración en aras de un proyecto político común, la salida de la crisis.

Fue el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, convertido ayer casi en el único representante del PP en la toma posesión del socialista José Antonio Griñán en el Parlamento regional tras la significativa ausencia del líder de los populares andaluces Javier Arenas, quien inició el acercamiento con un breve discurso apaciguador. El ministro defendió la «necesaria colaboración» con todas las instituciones regionales porque «tenemos que saber caminar juntos» y encontrar así «el camino común» a todos, «que se llama Europa, el euro y en definitiva la salida de la crisis económica y la apuesta por el crecimiento y la creación del empleo».

Griñán, a su vez, reiteró su compromiso de gobernar desde «el respeto y la lealtad institucional sin dejar ningún espacio al dogmatismo»; convencido, dijo, «de la importancia que tiene en estos momentos fortalecer el valor de España como país». Asimismo, volvió a defender el Estado autonómico y el modelo de lo público, porque «una sociedad que privatiza es una sociedad desigualitaria».

El nuevo Gobierno autonómico tomará posesión mañana, por lo que Andalucía acudirá a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del 16 de mayo sin tener aún concretado dónde realizará los recortes de 2.700 millones de euros para ajustarse a las previsiones de déficit, lo que le valdrá un nuevo «tirón de orejas» del Ejecutivo central, como reconocían algunas fuentes.

Pese a criticar duramente que parte de ese reajuste recaiga en las comunidades, el reelegido presidente andaluz recogió el reto de lealtad e insistió en buscar puntos de coincidencia «para mejorar y avanzar, pero preservando lo que hemos construido entre todos en estos 30 años de autonomía».