Fachada principal del edificio, protegido y abandonado, que cumple ya cinco años desde que se produjo su cierre debido a problemas estructurales. :: F. JIMÉNEZ
CÁDIZ

La Escuela de Náutica seguirá en pie

Pese al anuncio de la Administración autonómica, la orden municipal obliga a reparar y mantener el edificio El Ayuntamiento rechaza el derribo anunciado por la Junta en febrero

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La lista de edificios cerrados que acumula Cádiz tiene una marca enorme frente a La Caleta. Es la Escuela de Náutica, el inmueble de mayor tamaño, junto a Valcárcel, de los que actualmente permanece sin uso, en deterioro, con constantes avisos para preservar la seguridad de su estructura.

La Dirección General de Patrimonio, adscrita a la Delegación de la Junta de Andalucía en Cádiz, anunció el pasado mes de febrero que iba a derribar el edificio. Un informe oficial firmado por la directora Isabel Mateos Guillarte, dictaminaba en su resumen final que «al objeto de garantizar la seguridad, la Dirección General de Patrimonio considera conveniente proceder a la demolición anticipada del edificio existente, sin esperar a la redacción del proyecto de ejecución de construcción del edificio administrativo y la contratación de la obra correspondiente, dado que la situación económica hace inviable que dicha obra pueda comenzarse de inmediato una vez redactado el proyecto de ejecución».

El máximo representante de la Administración autonómica en Cádiz, Daniel Vázquez, con este informe sobre su mesa, llegó a poner fecha al derribo. Se produciría «en verano».

Sin embargo, la Escuela Náutica, protegida por el valor arquitectónico de su fachada, no caerá. La Administración municipal, que debe dar el último visto bueno, se niega. El Ayuntamiento asegura que la Junta no puede ampararse en la crisis para eludir su responsabilidad para preservar un edificio de su propiedad.

La Alcaldía y la Delegación de Urbanismo, según confirma la Junta de Andalucía, ni siquiera se ha visto en la obligación de responder con una negativa al anuncio. Simplemente, mantiene su batería de comunicaciones oficiales para que la propiedad realice obras de seguridad. Ya van más de diez envíos de requerimientos y según un portavoz oficial, la situación no va a cambiar.

La Junta tiene que arreglar y mantener, no tirar. Como argumento añadido, el Ayuntamiento recuerda que la administración autonómica tiene guardado en el cajón un proyecto de reconstrucción desde 2008, cuando la excusa de la «situación económica» no existía y ni aún así, ni siquiera entonces, fueron capaces sus dirigentes de propiciar la recuperación de un edificio emblemático y estratégico. A esta oposición firme e inamovible, se suma otro obstáculo para la Dirección General de Patrimonio: el valor cultural del edificio, catalogado por la propia Junta de Andalucía, pone trabas al derribo total.

Peculiaridades

Según la catalogación establecida en 2009, tienen categoría tres, de peculiaridad o singularidad arquitectónica de carácter cultural, la fachada principal, visible desde La Caleta, con los elementos que contiene: puente de mando, patio, mástil y proa.

La propia Junta de Andalucía admite ya, tras el freno al derribo decretado por el Ayuntamiento, que los técnicos de Cultura reafirman la necesidad de conservar, al menos, estos elementos por lo que será necesario un proyecto que preserve las partes «intocables» de la Escuela de Náutica. Entre otras cosas, porque así las definió el propio Gobierno andaluz.

El problema es que, según el informe que origina el debate, la fachada, uno de los elementos fundamentales a proteger, es de los que sufre mayor deterioro, por lo que su reparación y conservación es, por tanto, especialmente difícil y cara.

La Escuela Náutica, por tanto, seguirá en pie. La duda radica en saber si la Junta acatará la orden del Ayuntamiento y lo reformará para mantenerlo o mantendrá su actual abandono con la imbatible excusa de la falta de fondos.

En ese caso, todo volverá a la casilla de salida. Seguirá en el gran listado de edificios vacíos, abandonados y sin uso. Como una joya, pero seguirá.