Bin Laden murió obsesionado con asesinar a Barack Obama
El líder de Al-Qaida se enfrentaba a una crisis de credibilidad y se sentía frustrado con la dirección de los ataques regionales
NUEVA YORK. Actualizado: Guardar«EE UU es la cabeza de los infieles. Si Dios quiere, la cabeza de EE UU se puede cortar y una vez que se haya hecho esto será más fácil cortarle las alas». Son palabras de Osama bin Laden. No las de sus vídeos propagandísticos sino las que escribía en la intimidad de su hogar de Abbottabad para aconsejar a sus acólitos de Al-Qaida.
Las cartas de Abbottabad que ayer hizo públicas el centro para el combate del terrorismo de West Point (www.ctc.usma.edu) revelan que, en sus últimos años, el líder de Al-Qaida enfrentaba una pugna interna en el movimiento para dirigir la lucha contra EE UU y evitar masacres inútiles en países musulmanes.
«El mayor error que han cometido los muyahidines ha sido matar a miembros de las tribus de Abar cerca de la estación de reclutamiento», observaba crítico. «Ese ataque ha causado que las tribus les retiren su apoyo y solo ha servido para crear malos sentimientos».
Bin Laden no perdía de vista que el verdadero objetivo era EE UU e incluso pedía que no se atacarán en Afganistán convoyes de otros países aunque fueran parte de la OTAN. «Al enemigo se le puede describir como a un árbol siniestro. El tronco de este árbol tiene muchas ramas de distinta longitud. El tronco representa a EE UU y las ramas a todos los demás países, como los miembros de la OTAN o de los países árabes. Como nuestros recursos y capacidades son limitados, no podremos hacer rápido el trabajo de cortarlo pero usaremos una sierra y no cejaremos hasta que se caiga el árbol. Si vemos la oportunidad de cortar una rama que representa al Reino Unido, deberemos ignorarla y enfocarnos en el tronco para no distraernos, porque si no, nunca finalizaremos el trabajo, perderemos el 'momentum' y, sobre todo, desperdiciaremos los esfuerzos de nuestra yihad».
En su mente
Nunca antes el público había tenido la oportunidad de entrar a la mente de Bin Laden como ahora. Las 17 cartas desclasificadas que West Point ha colgado en su página web son 175 páginas de las 6.000 que recuperaron los Navy Seals tras convertir Abbottabad en su tumba. Fueron escritas entre 2006 y 2011 y reflejan su opinión ante acontecimientos como la 'primavera árabe', pero al encontrarse en discos duros o memorias portátiles no hay forma de decir si llegaron a su destinatario.
Por ellas se sabe que Bin Laden dedicó dos unidades en Pakistán y Afganistán a intentar asesinar a Barack Obama cuando viajase a alguno de estos dos países. Eso explica que las dos visitas que ha hecho el presidente de EE UU a este último país hayan sido por sorpresa con el máximo secretismo y sujetas a desconcertantes cambios de planes.
Para satisfacción de la oposición republicana en EE UU, Bin Laden compartía su opinión de que el vicepresidente Joe Biden estaba «muy mal preparado», por lo que acariciaba la idea de que ocupase el poder a la muerte de Obama. También le había puesto la cruz al general David Petraeus, al que consideró «el hombre de esta etapa» y cuyo asesinato tendría «un serio impacto en el curso de la guerra». Sin embargo descartó explícitamente al entonces secretario de Defensa, Robert Gates, el jefe del Estado Mayor, Mike Mullen y al enviado especial para Afganistán, Richard Holbrooke, pero no explicó por qué.