Gingrich renuncia a la carrera por la nominación republicana por falta de dinero

Adiós a la colonia en la Luna. Adiós a la gasolina a 2.5 dólares por galón. Adiós a esa petición a la ONU para que incluya el uso de armas entre los derechos fundamentales del ser humano. Las promesas del candidato New Gingrich, que ayer renunció a sus aspiraciones presidenciales, se han quedado en un libro de niños para colorear llamado 'Buenas Noches, Colonia de la Luna' que la cadena Comedy Channel ha publicado con sus ideas más extravagantes.

Los sueños del exportavoz del Congreso, que hablaba de sí mismo en tercera persona cada vez que anunciaba lo que haría «el presidente Gingrich», han resultado ser como el cuento de la lechera. El cántaro hacía aguas desde hace meses pero se terminó de romper en la última jornada de primarias en el noroeste del país, cuando el favorito Mitt Romney arrasó en cinco estados sin competencia alguna. Ayer Gingrich se enfrentó la realidad, después de una semana negociando con la campaña de Romney para que le ayude a pagar los al menos 4,3 millones de deudas que le ha costado su fantasía de ser presidente, según la Comisión Federal Electoral.

La cifra de final de marzo casi triplica la deuda que tenía a final de febrero, lo que indica que las negras perspectivas políticas no trajeron al «candidato de las ideas grandiosas» el concepto de austeridad. Ese último mes había recaudado 1,6 millones de dólares pero gastado dos. Mientras el sueño se hundía, Gingrich seguía volando en avión privado y escribiendo cheques «de forma temeraria», dijo a la cadena ABC Craig Holman, del grupo Citizen Union que vigila las campañas electorales.