Un grupo de manifestantes golpea a un hombre que previamente les había atacado frente al Ministerio de Defensa. :: AFP
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La campaña egipcia se desangra

Mueren al menos veinte personas en los enfrentamientos entre manifestantes y matones en las calles de El Cairo

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Quedan apenas tres semanas para el inicio de las elecciones presidenciales egipcias y la violencia letal ha regresado al corazón de El Cairo. Una veintena de manifestantes murieron ayer, la mayor parte de ellos por disparos en la cabeza y algunos incluso degollados, después de que su acampada de protesta frente al Ministerio de Defensa fuera atacada por matones armados. Esta nueva oleada de violencia suma tensión a la recta final de la transición egipcia y a la ya de por sí complicada campaña electoral.

Los atacantes, descritos por los manifestantes como 'baltaguiya', esos peligrosos agitadores presentes en todas las concentraciones egipcias sin que nadie sepa a ciencia cierta quién los dirige, llegaron en mitad de la noche armados con palos, escopetas de perdigones, cócteles molotov y pistolas, según relataron testigos. Los acampados respondieron a pedradas y con todo lo que encontraron a mano, y los enfrentamientos se prolongaron hasta la mañana de ayer.

Cojeando y con el brazo salpicado de perdigonazos, Amer Mustafa esperaba ayer a que le atendieran en el hospital de campaña instalado a las puertas de la universidad de Ain Shams. Como muchos de los manifestantes, en su mayoría jóvenes estudiantes, Mustafa estaba convencido de que los que les atacaron tenían que estar armados por algún tipo de fuerzas de seguridad. «Las armas que utilizaban son caras, es imposible que las hayan conseguido de otra manera», aseguraba este estudiante de Empresariales.

Degollados

El médico portavoz del hospital de campaña confirmó a este diario que la mayor parte de las víctimas mortales habían recibido disparos en la cabeza o en el pecho a poca distancia. «Al menos dos personas han muerto degolladas cuando estaban en el hospital de Dar el Shifa, donde han sido rematadas por 'baltaguiya'», dijo el doctor Tarek Said. Por el improvisado sanatorio donde los médicos y estudiantes de medicina atendían ayer a destajo a los heridos habían pasado a menos 150 personas, 25 de ellas con heridas en los ojos. «Desgraciadamente, 15 han perdido la visión», reconoció Said.

La acampada la iniciaron el viernes pasado varias decenas de seguidores del ya excandidato presidencial Hazem Abu Ismail, descalificado por la comisión electoral por considerar que queda demostrado que su madre tuvo doble nacionalidad. En los últimos días, sin embargo, otros manifestantes anti junta militar se habían unido a la protesta y ayer eran muchas las formaciones revolucionarias que estaban presenten en el barrio de Abbasiya, donde han tenido lugar los enfrentamientos.

Ayer, el portavoz de Abu Ismail pidió a los manifestantes que se dispersaran para evitar más muertos, pero la mayor parte de los congregados aseguraban que no pensaban abandonar el campamento. «Estaremos hasta el final. ¿Cuál es el final? Nadie lo sabe», reconocía Samiha Mohamed, una joven de 21 años.

La violencia ya ha tenido consecuencias políticas. La junta militar egipcia aseguró ayer que estudia adelantar su retirada del poder. En caso de que en la primera vuelta de las elecciones, que tendrá lugar el 23 y 24 de mayo, haya un claro candidato ganador y no sea necesario ir a una segunda vuelta, ellos podrían regresar a los cuarteles, una decisión que aún no es fija pero que se está considerando.

Varios de los candidatos presidenciales, entre ellos el islamista moderado Abdelmoneim Abul Futuh y el hermano musulmán Mohamed Mursi, suspendieron también ayer temporalmente sus actos de campaña en duelo por las víctimas y en protesta por la violencia de las calles.