El voto 'ni-ni' de Marine Le Pen

Ni Sarkozy, ni Hollande. Ni azul eléctrico, ni rosa pálido. Marine Le Pen votará en blanco el domingo y escogerá una papeleta azul marina en las legislativas de junio. La presidenta del Frente Nacional no imparte consigna de voto a sus 6,4 millones de electores del 22 de abril. El árbitro de la segunda vuelta les deja que decidan en conciencia como ciudadanos libres. Pero la mujer de negro les anuncia que votará en blanco, un sufragio que en Francia se asimila al nulo.

Cara a un sol radiante, Marine Le Pen entonó el aria del 'ni-ni' en la plaza de la Opera de París. Actuó al aire libre ante miles de simpatizantes que gritaban «estamos en nuestra casa», «'Sarko' y Hollande es lo mismo» o «comunistas asesinos» cuando se mentaba al izquierdista Jean-Luc Mélenchon, su bestia roja. Tardó una hora en desvelar su mensaje desde el pupitre, a la extrema derecha del padre.

Jean-Marie Le Pen había sido acogido a los sones de 'El coro de los esclavos', de 'Nabucco' de Verdi, como en sus tiempos gloriosos. En el telón de fondo, presidía el estrado una reproducción de la estatua de Juana de Arco, santa y mártir de cuyo nacimiento se conmemora el 600º aniversario. Desde hace décadas el Frente Nacional celebra a la heroína nacional el Primero de Mayo. Pero llevaba años sin movilizar a tanta gente.

Mejor austeridad

«¿Qué efecto causa pasar del papel de tonto útil que vota Marine al de árbitro de la elección presidencial?», preguntó sonriente a la muchedumbre la heroína ultra. «¿Qué efecto hace pasar del estatuto de facha racista al de francés a quien se debe respetar y hablar?», insistió tras ironizar sobre la «danza del vientre espectacular» de los dos finalistas a su electorado.

La depositaria del 17,90% del voto emitido opinó que la cuestión que se ventila el domingo es saber quién, Sarkozy u Hollande, aplicará mejor la política de austeridad «a las órdenes de la troika Europa-BCE-FMI» para rendir cuentas a Angela Merkel. «El pacto de crecimiento de los dos es continuar destruyendo el sistema social europeo cuando el verdadero crecimiento es imposible sin proteccionismo», argumentó.

Marine Le Pen celebró haber devenido el centro de gravedad y la brújula de la política francesa. «Hemos puesto los cimientos de nuestra llegada al poder. El pueblo francés ha comenzado su gran empresa de emancipación», proclamó. «Os lo anuncio, este movimiento ya no podrá ser frenado. Nuestra victoria es insoslayable», profetizó.