STONER Y JEREZ
Actualizado: GuardarAún retumba el sonido de las miles de motos que han invadido la provincia los últimos días y ya son muchos los que esperan que llegue 2013 para volver a disfrutar del que es, sin duda, el mejor Gran Premio de Motociclismo. Que me disculpen los holandeses de Assen, capital de la provincia de Drente (que no Drenthe, ese futbolista que apuntaba a estrella y lo mismo termina siéndolo, pero del rap), pero Jerez es y siempre será el más especial. Eso es así, como diría aquel. Una verdad como una catedral, que aloja a más de cien mil personas y mantiene pendientes detrás de la televisión a más de cinco millones en momentos puntuales de las carreras.
Que Carmelo Ezpeleta garantizara en fechas recientes que Jerez seguirá albergando una cita del Mundial en 2013 dentro de este contexto de crisis y de revolución comercial que pretende extender el circo de las dos ruedas a nuevos lugares del planeta para seguir exprimiendo el negocio lo máximo posible es un oasis de buenas noticias dentro de la depresión en la que se encuentra sumida esta tierra. En especial la ciudad que durante 25 años ha sabido amoldarse a las necesidades de quienes la visitan con la intención de disfrutar del que consideran un entorno envidiable al que parece habérsele roto el envoltorio, pero conserva la esencia. Esa que permite que miles de personas peregrinen hacia su 'meca' sí o sí, independientemente de que los bolsillos estén más vacíos y la zona de acampada más mojada. No es cuestión de dosificar o de estrategias, como la de Stoner, que le hizo la 'pirula' a medio paddock cuando decidió no salir a probar en el Warm Up previo a la carrera. Todos celebrando con antelación el más que posible doblete de españoles en MotoGP y al final lo que le dolía al australiano no era el brazo sino la mandíbula de tanto reírse en lo más alto del podio. Su primer triunfo en Jerez desde que corre en el Mundial. Lo mejor es que podrá repetir el año que viene (o no). Y que sea por muchos años.